Te dejo mi crítica, que está en Filmaffinity

El panorama actoral español, como la marea sucia de un puerto industrial, de vez en cuando remueve sus excrecencias y escupe a la superficie un ente amorfo, provocativo, degradante y llamativo que decide que ser uno de los mil jóvenes que sufren el vaivén del mercado no es suficiente; que él quiere ser director.

Con Casanova ocurre esto. Ser homosexual, liberado y escatológico (vease sus adorables fotos como Dios lo trajo al mundo) le ha permitido pasar, gracias al filtro rosa de nuestra rosa cultura (decir roja sería demasiado), de actorucho deprimente a director alternativo, en una carambola que solo se puede explicar teniendo tras de sí las fuerzas de un mercado de colegueo que incluye comicastros venidos a actores, presentadores venidos a críticos, youtubers venidos a celebrities y políticos venidos a payasos. Este deprimente cóctel, bien agitado con esta maravillosa cultura del progreso sin frenos ni retrovisor, siempre hacia delante aunque se cruce una vieja, nos esputa esta película.

Bien, a estas alturas os habréis preguntado porque tardo tanto en entrar en la crítica de la película... ¿Quizás me asusta? ¿Quizás he quedado asombrado por la magistral opera prima de Eduardo? Nada más lejos de la realidad.

La producción, una desagradable sucesión de historias grotescas, sin contenido más allá del que puede tener ponerle a tu hermano un salvapantallas de "El exorcista" para que de un bote en el asiento, se desvanece nada más comenzar a analizarla. No aporta nada, a parte de una sobresaturación de tonos pastel. Para alcanzar la maestría del director te valdrá con arrojar palomas muertas dentro de una tienda de chuches. Más o menos causa la misma impresión, ahorrándote así los 80 minutillos de sufrimiento que concede la oscuridad de la sala. Por lo menos es corta.