Iniciado por
Gotten
Totalmente de acuerdo. La verdad es que poco más se puede decir. No obstante ahí dejo unas ideas.
1) El varón es para la mujer ante todo un proyecto común, una realización de sí misma a través de una comunión de intereses otrora llamada matrimonio. La mujer instintivamente se entrega a aquel que considera suficiente para ella misma y siempre como moneda de cambio destinada a la satisfacción de quehaceres que escapan al del simple y carnal sexo por más que ella se complazca también sexualmente. La mujer debe pues admirar a su hombre y he aquí la importancia de, si se quiere, ciertos arquetipos o saberes comunes grabados en nuestro código genético. El hombre debe aparecer como lo que es: creador, activo, voluntarioso, dominante, exitoso, conductor de ideas y relatos, magnético, impulsivo, incluso violento. El hombre no sólo debe parecer, sino que debe ser una corriente de testosterona que brota sin cesar en su ímpetu.
2) He aquí la importancia de las 10 características del ALFA MALOTE que ya desgrané en otro hilo. Yo lo llamo tener los deberes hechos. Haber emergido plenamente como hombre para ser una fruta perennemente madura. El máximo de edad para poseer estas características debería ser los 25 años si queremos disfrutar de años de exuberancia con mujeres. Con las cosas en su sitio, no hay impedimentos materiales que limiten tu capacidad de acción para satisfacer tus pulsiones sexuales, contando las conquistas por decenas, nacionalidades y estatus social.
3) Simplificando digo que teniendo una buena presencia, dotes sociales de sobras devenidas de una poderosa inteligencia social y plena conciencia de la comedia, encanto superficial, cash sano, estatus derivado de saber vestir, tener BMW y GYM y una amplia cultura además de haber visto mundo ninguna mujer se resiste. Quizá alguna ennoviada pero serán muy pocas las que nieguen el paso al semental. Como se puede apreciar los requisitos requeridos no son nada que un hombre sano no pueda alcanzar en la veintena si se lo propone y afronta con determinación y voluntad (características masculinas por excelencia) su plan.
4) No digo yo, evidentemente que sin tener todo esto no se pueda follar. Poder se puede, otra cosa es que los coños a catar estén limitados por nuestras capacidades, nuestro entorno o en muchos de vuestros casos el mero azar. Ahí van dos ejemplos míos en el último año.
Yo digo (realmente yo sólo me he limitado a aprehender y experimentar una realidad objetiva que está ahí fuera al alcance de todo el que quiera verla) que sus instinto les empujan a obtener al macho mejor posicionado, al alfa dominante. Que según tal o cual contexto variará y ejercerá tal o cual función o tendrá tal o cual aspecto pero que en en los fundamentos seguirá siendo lo mismo: el macho dominante, el más capaz, el de mayor estatus.
Se olvida que no somos más que animales inteligentes, animales con conciencia pero animales en nuestra naturaleza más profunda con un atávico conocimiento de serie que nos condiciona, nos determina muchas veces, nos guía. Y dicha naturaleza es reducida cuando no obviada por una serie de disquisiciones teóricas que no conducen a ninguna parte más que a engañarse a uno mismo, a distorsionar la realidad, a evadir la responsabilidad de ser un puto beta. La mujer instintivamente (cuanto más tradicional, cuanto más mujer sea, más agudo será ese deseo) quiere ver sus necesidades satisfechas por el ALFA por las razones ya expuestas. Lo cual, efectivamente no quiere decir que sea éste el que mejor la vaya a tratar. Muy probablemente al cabo de x tiempo la tratará mal o se cansará de ella y la mujer herida sufrirá un daño irreparable si ésta no está a la altura del Alfa.
Ahí es donde entran los betas, los segundos platos, los apestados sin peste, los pagacenas y levantaegos que ocuparán un espacio en su vida más corto o más largo hasta que ella, nuevamente preparada para satisfacer sus necesidades buscará otro macho dominante que la empotre duro contra la cama y pase de ella. Y el círculo continúa. Ella guiada por sus instintos y el Alfa por los suyos. El betamierda, que la ha tratado como a una princesa, que se ha entregado en cuerpo y alma llora, sufre, se lamenta, se hunde. ¿Por qué? Porque sencillamente actúa de acuerdo a su naturaleza. Porque no tiene ni puta idea de cómo funcionan las mujeres y necesariamente su praxis ha de verse fracasada.
¿Satisfacen ellos, pues, mejor sus necesidades? No. Satisfacen las suyas, que han dejado de ser dominadoras y agresivas para volverse conservadoras, enamoradizas, dependientes; en suma, son lo opuesto al Alfa. Y aunque materialmente la mujer pueda sentirse cómoda el instinto clamará. ¿Por qué cojones te crees que se producen las lianas, los engaños, los amantes, las rupturas de matrimonios etc.? El puto INSTINTO MANDA.
Saludos.