5 Asesinatos Absurdos Que se Llevaron a cabo realmente (+Nosebé es escrito)

5: El asesinato de Jürg Jenatsch.




El predicador suizo convertido en potencia política Jürg Jenatsch prácticamente era la plantilla para la clase de tipo que es asesinado: un despiadado pez gordo del siglo XVII que disfrutaba de fama como traidor. Y cuando los asesinos realmente vinieron por él, nadie estuvo particularmente sorprendido.

Como vinieron por él, ahora… eso es un tema completamente diferente.

El Asesinato: Dicen que la muerte tiene un rostro diferente para todos. Para Jürg Jenutsch, vino vistiendo un disfraz de oso.

Fue durante un carnaval, una fiesta épica de rebeldía y ebriedad a la antigua. Todos estaban usando máscaras y actuando como completos idiotas. En otras palabras, era el momento perfecto para que un tipo como Jürg "el hombre con todos los enemigos" Jenatsch fuese especialmente desconfiado de todos los que encontraba. Pero temporalmente había olvidado su status del "más odiado" y decidió soltarse el pelo. Jenatsch y sus cohortes estaban celebrando el carnaval en un cuarto privado en una taberna cuando un grupo de extraños se aproximó a su fiesta. Todos ellos estaban enmascarados, salvo por un hombre que estaba metido en un disfraz de oso completo.

Ninguna razón para considerar eso como sospechoso, en realidad. Pues, había un bulto en el disfraz de oso que lucía mucho como una pistola oculta. Y una pista adicional de que podrían no estar viniendo en son de paz era el hecho de que muchos de los hombres estaban cargando armas. El oso mismo estaba arrastrando una enorme hacha.

El grupo procedió a preguntar si podían unirse a las festividades. Jenatsch miró al equipo de extraños enmascarados mostrando un oso que cargaba un hacha… y de algún modo logró llegar a la conclusión de que eran cool. Así que los invitó a entrar.

Una vez que estuvieron en el cuarto, el oso saludó a Jenatsch y fue a apretar su mano. Al segundo que Jenatsch agarró su pata, el Oso disparó su Obvia Pistola Escondida, dándole en el intestino. Los enmascarados desvelaron sus armas y atacaron, mientras que el herido Jenatsch asombrosamente se puso en modo bravucón, agarró un candelero gigante y contraatacó. Después de una escena de lucha corta y no hay dudas que inmaculadamente coreografiada, se convirtió en la primera y única persona en la historia en conocer su fin en las manos de un oso que blandía un hacha.

#4: El asesinato de Reinhard Heydrich.



Como uno de los principales arquitectos del Holocausto y la clase de tipo que Hitler llamó con admiración "el hombre con el corazón de hierro", el Nazi extraordinario Reinhard Heydrich se distinguió en un mar de bastardos por ser el más bastardo de todos ellos.

En 1942, la inteligencia británica hizo equipo con la resistencia checa para sacar a Heydrich de la ecuación. La tarea le tocó a Jan Kubis y Jozef Gabcik, 2 valientes (aunque previamente bastante insignificantes) soldados. Tenían sólo un defecto importante: el destino los había marcado como un dúo cómico bufonesco.

El Asesinato: Gabcik y Kubis armaron su ametralladora Sten y se pusieron en una curva de una carretera campestre que Heydrich tomaba regularmente. Yacieron allí esperando hasta que el auto de Heydrich apareció. Mientras desaceleró para tomar la curva, Gabcik apuntó y apretó el gatillo.

Nada sucedió.

El arma estaba completamente atascada con plantas que Gabcik había recogido para sus conejos mascota en su camino allí. Por alguna razón simplemente había puesto las verduras en el mismo bolsillo que el arma desensamblada, y no notó en lo absoluto todos los pedazos de verdor cuando ensambló dicha arma.

Así que los soldados ahora estaban atascados con un arma llena de comida para conejos, y su blanco, uno de los más grandes, más malos villanos en la historia registrada, estaba mirándolos directamente. Esta no era una situación ideal para los prometedores asesinos.

Afortunadamente para ellos, su blanco amaba un buen juego de bola idiota. En lugar de ordenar a su conductor que acelerara y enviar tropas por Gabcik y Kubis, Heydrich dio una orden de alto. Entonces, el comandante Nazi sacó su pistola y abrió fuego personalmente a sus aspirantes a asesinos.

Pues, lo intentó. Que mal que su arma estaba vacía.

Con Gabcik y Heydrich apuntándose armas inútiles y haciéndose sonidos de "pew pew" entre sí, Kubis aprovechó el momento para lanzar una bomba al auto. Claro, calculó mal el lanzamiento. La explosión fracasó en terminar con Heydrich y su conductor, meramente lastimándolos… y al mismo Kubis.

El severamente herido Heydrich y su conductor vieron esta incompetencia y subieron las apuestas, saliendo del auto y persiguiendo a Kubis mientras aun estaban armados con nada excepto un arma de mano vacía. Kubis, en un intento por hacer la escena aun más absurda, respondió al invocar una bicicleta y huir pedaleando, dejando al Nazi atrás.

Aquí es cuando Heydrich finalmente se dio cuenta de la absurdez de la situación. Así que hizo la cosa sensata y le ordenó a su conductor que lo sacara de allí.

¡Sólo bromeamos! Le dio al conductor la orden de perseguir a Gabcik, quien aun estaba batallando con su Sten llena de verdor. El conductor obedeció y fue por el hombre… que es cuando Gabcik recordó que, de hecho, también cargaba una pistola. Así que le disparó al conductor en la pierna con esta y de inmediato huyó de la escena. No sabemos porque no terminó con el indefenso Heydrich. Tal vez realmente necesitaba alimentar a sus conejos.

Espera, ¿no dijimos que el asesinato fue exitoso? Pues, lo fue, eventualmente. Las heridas que Heydrich recibió en el ataque podrían no haber sido suficientes para acabarlo… de haber recibido ayuda a tiempo. No obstante, resulta que un tipo ensangrentado en un uniforme de oficial de alto rango de la SS no es el autoestopista más popular en un país invadido por Nazis. Los policías tuvieron algunas dificultades serias en encontrar un auto que estuviese dispuesto a llevarlo al hospital, donde en última instancia pereció. ¡Misión cumplida!


#3: El asesinato de Abraham Lincoln.



John Wilkes Booth, el hombre que le disparó a Abraham Lincoln en el Ford's Theatre en 1865, era un compatriota confederado y, extrañamente, un actor famoso. Y aunque el intento de asesinato contra Lincoln fue (SPOILER) exitoso, también fue ridículo, con cada paso del plan convirtiéndose en una desventura al nivel de Mr. Bean.


El Asesinato: Primero, recuerden que originalmente se suponía que 3 hombres murieran la noche que Lincoln fue asesinado. A un miembro del grupo de Booth se le encargó asesinar al Secretario de Estado William Seward, pero encontró demasiada resistencia. Pero otro conspirador, George Atzerodt, fracasó completamente en asesinar al vicepresidente Andrew Johnson porque estaba demasiado ocupado emborrachándose.

Así que todo recayó en Booth. Su plan original era secuestrar a Lincoln y (presumiblemente) atarlo a las vías del tren mientras se retorcía el bigote. Cuando esto demostró ser inconveniente, Booth cambió por el asesinato, pensando escaparse con el crimen tras el hecho… no estaba en esto para ser un mártir.

La primera parte del plan funcionó, claro: exitosamente se acercó a Lincoln y le disparó. Inmediatamente después, las desventajas de ejecutar el crimen con una mierda de Derringer de un tiro se volvieron aparentes para Booth. Ahora armado sólo con un cuchillo, se encontró luchando con el comprensiblemente molesto Mayor Rathbone, el invitado de Lincoln para la velada. Booth logró dominar a Rathbone y buscó escapar de la escena. Desconcertantemente, concluyó que su mejor ruta de escape era directo hacia abajo.

Así que saltó torpemente del balcón, enredó sus espuelas en la estameña del palco, aterrizó de cara y rompió su pierna.

Aparentemente insatisfecho con el hecho de que sólo el 99.99% de la audiencia estaba viendo ahora al famoso actor que acababa de caer del palco del presidente, Booth hizo una pose dramática y les dio un cordial "Sic Semper Tyrannis" antes de bochornosamente irse cojeando.

Ayudado por la pura suerte y un centinela de puente particularmente estúpido, Booth logró escapar y evitar la captura por 12 días completos. Pasó el tiempo haciendo su mejor esfuerzo por derrotarse: en su camino a través del Río Potomac, el asesino y su cómplice lograron perderse y terminaron del mismo lado desde el que habían comenzado.

Esto le dio a los perseguidores de Booth tiempo valioso para encontrarlo y dispararle a su culo asesino de presidentes.


#2: El asesinato de Grigoris Lambrakis.




Grigoris Lambrakis era un político y activista de izquierda griego antes de que fuese cool o, tú sabes, seguro: durante el gobierno muy derechista de la década de 1960.

Sus constantes protestas, activismo y campañas enojaron a la policía y ejército griegos lo suficiente para que decidieran que necesitaba ser removido. No obstante, necesitaba ser hecho con cuidado: Lambrakis era popular, y las fuerzas gubernamentales no querían ensuciarse sus manos. Así que terminaron enlistando a 2 extremistas de derecha para hacer el trabajo, porque todos saben que estos tipos son el epítome de la discreción reservada.

El Asesinato: Los 2 asesinos recién sancionados por el gobierno entraron en acción de un modo que enorgullecería al Capitán Cavernícola: agarraron un garrote y se metieron en un trikyklo (uno de esos tristes vehículos de 3 ruedas que no son motonetas y definitivamente no son coches).


Entonces, blandiendo su arma neanderthaliana, se dirigieron al sitio donde Lambrakis estaba dando un discurso anti-guerra.

Con la policía ocupada viendo al cielo y silbando, el par no tuvo problemas en llegar al área. No obstante, había un gran defecto en su plan por lo demás, pues, bastante estúpido: para pegarle a Lambrakis sobre la cabeza, tenían que desacelerar el trikyklo a velocidad de caminata, conducir directo al hombre y darle en la cabeza, justo en frente de todos. Así que eso es lo que hicieron.

Como Lambrakis cayó muerto, inmediatamente descubrieron el otro defecto en su plan: aunque la policía no levantaría un dedo contra ellos, habían desacelerado su vehículo a casi un alto y le habían pegado a un tipo famoso en frente de una gran audiencia de sus simpatizantes.

Miembros de la audiencia corrieron tras el vehículo, lo atraparon y sacaron a los desventurados asesinos. En ese punto, la policía no tuvo mucha opción excepto hacer su trabajo. Ambos perpetradores fueron rápidamente arrestados, condenados y olvidados. El legado de Lambrakis, por otra parte, vive. Puedes haber visto la película nominada al Premio de la Academia que hicieron sobre él:



#1: El asesinato de Luis Carrero Blanco.



En 1973, 4 comandos del grupo separatista vasco ETA se dispusieron ir por el primer ministro español Luis Carrero Blanco: el confiado y pronto a ser sucesor del dictador Francisco Franco (la política española en la época era dirigida por un sistema de rimas al estilo del Dr. Seuss).

Su misión fue llamada Operación Ogro, y estaba completamente loca. No estamos bromeando aquí: Christopher Nolan la habría desechado por ser innecesariamente convulsa.

El Asesinato: Primero, los comandos tenían que hacerse pasar por estudiantes de escultura para rentar un apartamento en el sótano de una calle por donde Carrero Blanco regularmente viajaba en su camino a misa. El hecho de que estos endurecidos guerreros siquiera lograran convencer al casero de que eran estudiantes de arte fue un logro notable en sí… pero era sólo el comienzo.

Después, comenzaron a cavar un túnel bajo la calle a mano, una tarea hecha mucho más ardua por el hecho de que ninguno de ellos tenía una pista sobre como cavar. O cualquier otra cosa, en realidad: durante el año que pasaron en las preparaciones, incontables robos de provisiones casi estropeados, robos de armas irrelevantes y maniobras innecesarias dejaron claro que tan bueno como el equipo pudo ser para los comandos, apestaban completamente a culo en todo lo demás.

El segundo que comenzaron su proyecto de túnel, descubrieron que sus piquetas eran demasiado grandes y era imposible balancearlas con cualquier fuerza. Después, uno de los asesinos recordó que era claustrofóbico, algo que probablemente se le debió haber ocurrido en la parte de "cavemos un túnel pequeño y oscuro" de la etapa de planeación. Después, el techo del túnel comenzó a colapsar repetidamente sobre ellos. En ese punto, la única cosa que faltaba era el suelo estando contaminado con, digamos, aguas residuales filtradas y gases nocivos. Espera, ¿lo estaba? No importa.

Finalmente, alguien tuvo la brillante idea de realmente leer un libro sobre como cavar un túnel. Comenzaron a usar accesorios, que detuvieron las caídas del techo, pero hicieron poco con las aguas residuales y el gas maloliente, que para ahora estaban jodiendo sus saludes en grande. Pero los hombres perseveraron, y un día, el túnel finalmente estuvo completo. Ese fue el segundo día más gratificante de sus vidas.

El día más gratificante de sus vidas vino poco después, cuando el auto de su blanco condujo sobre el túnel que ahora habían llenado hasta el borde con explosivos. Su bomba-túnel gigante fue un éxito más allá de lo que creerías: lanzó el auto de Carrero Blanco 5 pisos en el aire. Sólo voló sobre una iglesia y cayó hacia el otro lado, donde aterrizó en una terraza del segundo piso:



Los hombres, disfrazados como electricistas, miraron asombrados e hicieron su mejor esfuerzo por suprimir sus ganas de chocar los 5. Y justificadamente: demonios, cavaríamos un túnel por un año, si la recompensa fuese un badass salto de GTA como ese. Probablemente no habríamos puesto un primer ministro en el auto, sin embargo.

hay uno que jamás se llevará a cabo