Elemental, querido Watson, pero... dónde está esa mayoría que además debería ser una
gran mayoría?
Todo esto ha sido el mayor ridículo político que recuerdan los tiempos. Con una interpretación de la democracia
ad hoc que haría descojonarse al mismísimo Donald Trump. La agenda secreta del nacionalismo (que ya no lo es) pretendía desde hace décadas forjar una base ciudadana proindepe, unos cuadros de mando y un tejido de relaciones internacionales con el que asegurarse el éxito cuando tocara. Todo ello con la debida (de)formación desde la
escola y aderezado con unos medios de comunicación al alcance de sus manazas, la CCMA (Corporación Catalana de Medios Audiovisuales), trufada de agentes de la
Stasi para que nadie se desviara de su cometido. Las subvenciones a medios afines locales, comarcales y digitales extendería la red tentacular del pensamiento único. La idea era ir lento, pero sobre seguro.
Pero llegaban juicios importantes. El
3% y la red de corrupción generalizada en Cataluña ya no eran simples rumores. El miedo cundía en las filas de Convergència, había que hacer algo, había que ejecutar EL PLAN, cuanto antes. El desprecio y la torpeza de PP y PSOE sirvieron como primer alimento al dragón, hasta entonces una lagartija inofensiva que solo pedía más
diners.
Fue entonces cuando decidieron que para tapar la enorme capa de mierda sobre la que vivían había que cambiar el foco. Se cambiaron el nombre (lo harían varias veces más), adoptaron la cruz del
victimismo y acusaron al gobierno central (PP, PSOE, daba igual) de herir de muerte a Cataluña... su Cataluña, claro, la que olía a podredumbre. Hicieron de tripas corazón y empezaron a reunirse con el histórico enemigo, ERC, para luchar juntos contra los molinos... o eran gigantes? (a veces el flequillo te oculta la realidad). Y para rematar el despropósito (y porque les hacían falta unos escaños más) invitaron a un
ménage à trois a los anticapitalistas de la CUP, esos que quieren un mundo libre y sin fronteras, pero con fronteras
para que no les coman la paella. Los mismos que tumbaron a Mas y pusieron en un pedestal a Puigdemont, el presi valiente, el que da la cara, el hacedor de mayorías, el multiplicador de votos, el Demócrata del chino de la esquina.
Y así estamos, con tres fuerzas políticas que se llevan a matar entre sí y que no suman ni el 48% de los votos emitidos pretendiendo forzar a TODA LA CIUDADANÍA catalana a aceptar sus órdagos, intentando que nos traguemos sus mentiras, unas trolas que ni el barón Münchhausen. Dividiendo en dos o tres bandos a los catalanes, haciendo subir el pan, haciendo bajar las cifras de turistas, aumentando la inseguridad en las empresas que pretendían invertir, expulsando por esa misma inseguridad a las que estaban radicadas fiscalmente allí... la batasunización de Cataluña es un hecho. Y solo hay un culpable, el nacionalismo y sus tentáculos. Al Estado se le puede acusar de mil cosas, muchas oprobiosas y poco reconfortantes, todos los estados lo hacen, hasta la idílica Suecia, pero han sido los políticos indepes los que nos han metido en el fango. Y ahora que están enfangados, que no tienen nada que perder porque ya han perdido la poca credibilidad que les restaba, es cuando son más peligrosos, porque están
DISPUESTOS A JODER al personal. Cataluña y los catalanes les importaron siempre una mierda, está más que visto. En Cataluña hace meses, años, que no se habla de políticas sanitarias, de empleo, educativas, de inversión social... todo es independencia, independencia, independencia... Basta ya de mentiras. Tenían el país podrido, pero ahora, cuando han quitado sus manazas de encima, se ve lo que es Cataluña, una tierra arrasada por buitres que solo hacen algo cuando es bueno para sus bolsillos. Sí, igual que el PP a nivel nacional e igual que en otras tantas regiones con otros partidos. Que el poder corrompe es algo sabido, pero el nivel de corrupción visto en Cataluña es superlativo.
El nacionalismo no es nuevo, pero su uso para desviar la atención, y sobre todo el refinamiento de la malignidad con que lo han hecho, sí.
Indepes, dísteis un paso al frente para retroceder tres. Habéis perdido el farol y la partida.
Poneos a trabajar y dejaos de fantasías y quimeras. Veis cómo habéis dejado la casa? No se os puede dejar solos...