Iniciado por
Nick
El esposo no debe usar nunca la fuerza y, colocado en la debida posición, entre las piernas de la mujer sin aplastarla con su peso, procurará colocar su miembro en la entrada de la vulva y, distrayendo la atención de su compañera con besos y caricias, logrará vencer la resistencia normal del himen, menos resistente, en general, de lo que algunos creen, y llegará a penetrar en la vagina, consumando la cópula sin dificultad.
No siempre ocurren las cosas de una manera tan fácil y sencilla como hemos supuesto antes. La inexperiencia hace que la mujer, en su primera vez, ya sea por miedo, ya por excesivo pudor, guarde una actitud absolutamente pasiva, lo cual dificulta la consumación del acto. Se la ha de aconsejar que se entregue a discreción y, en lugar de oponer obstáculos, dé todas las facilidades. La primera de ellas es que, bien impuesta del papel que ha de desempeñar, se coloque bien estirada, boca arriba, con las piernas separadas y los muslos un tanto encogidos, en cuya posición la vulva queda más levantada, presenta mejor su entrada y facilita la penetración del miembro viril. Si el esposo, en este momento, sabe proceder con dulzura, el contacto de su miembro con los labios menores y el clítoris excita la voluptuosidad de su compañera, y las pequeñas glándulas que se hallan a nivel de los labios menores y en la entrada de la vagina despiden su secreción mucosa, que, extendiéndose por la vulva y la entrada de la vagina, hacen el papel de lubricante, que facilita la penetración del miembro y evita la irritación y la molestia a que daría lugar su introducción en seco.
Jamás, por ningún motivo, por muy fundado que parezca, la mujer debe rechazar una caricia del hombre. Éste, en su fuero interno, quedará siempre reconocido a un acto de sumisión o entrega de la esposa, por poco educado que sea, y se sentirá cada día más atraído si ella sabe satisfacerle por completo y tiernamente su apetito sexual. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que la satisfacción gozosa de la carne sea el único aliciente del matrimonio.