Que luego la preparara gordisima es harina de otro costal. Porque el Hitler joven fue un hombre de espiritu cultivado, consciente de sí, artistico, dotado de una fuerte sensibilidad. Hitler fue el hijo de la gran puta que pintaba cuadros con cierta dote artistica, el mismo cabronazo que rondaba por la Viena austro-hungára maldiciendo su Estado y tiempos históricos en tanto vivia como malamente podia currando en obras de la construcción y entregándose a la lectura compulsivamente. Allí ya se estaba gestando el modelo hitleriano.
Luego hablas con alemanes viejos y hasta te confiesan que cuando tomaba la palabra el mundo se detenía. Poseía una oratoria y discurso férreos como el acero. A Hitler y a lo que su obra -independientemente de cuestiones éticas- en el mundo representa hay que concederle acaso una oiginalidad encumbrandora de un nuevo orden. Hitler fue un chamán que supo hablarle de TÚ a TÚ al pueblo aleman a fin de motivarle, elevarle su castigada autoestima, devolverle su confianza. Hitler supó articular las fuerzas activas (de vocación bárbara e inherentes a la raza germana) del pueblo aleman.
¿La cago? Indudablemente. Pero el interés que Hitler suscita como personaje histórico dotado de cierta mitología (o con el o contra él) está de sobra justificado. Nos encontramos ante un tipo peculiar, raro, unico acaso en su genero, profundo. La mirada de Hitler expresa mucho para el buen mazado hijoputa curtido con el BMW en obras gordas herejes y buenas lecturas nietzcheanas fumadas con kifa rollo dionisiaco. Los alemanes son una raza en cierto sentido y acepción superior, más elevada. Los españoles a su lado no dejamos de ser una raza tosca y con muy mala hostia. Claro le metes buena filosofía alemana + COJONES de Castilla, de Tercios tirando de barra a la mínima afrenta y el chute de suprahumanidad te coge fuerte. Los filósofos viven así y los betillas ya sabemos mamando precariedad existencial sin cash sano, músculo, porracos cojonudos, ambiciones que satisfacer etc.