Salva, el esclavo para todo de Maje, la viuda negra: recadero, amante y asesino
La viuda negra de Novelda (I)
Maje se casó con el ingeniero Antonio Navarro, pero tenía varias relaciones extramaritales. Entre ellas, una con Salva, su compañero de trabajo, al que sedujo mandándole cartas. Le convenció para matar a su marido. La Policía les detuvo tras tenderles una trampa. Estas son algunas de sus cartas y conversaciones.
- Me pongo presumida cuando viene, coqueta, me gusta que sepa que estoy allí, no tengo ni idea de lo que siente, quizás ni me vea como una mujer para él, pero a mí me anima que venga a planta y verlo… y pasar a su lado. “Está el gotero de Ringer vacío” me dice. Y yo pienso… “Ufff, pues llénamelo tú”.
Ella escribía estos textos como si fuesen un diario íntimo, pero en realidad eran cartas que luego le entregaba en mano a su destinatario, a su compañero de trabajo. Así, pidiéndole que le "llenase el gotero de Ringer", logró seducir Maje a Salva. La enfermera al celador. La joven al maduro. La viuda negra a su esclavo.
Son escritos de septiembre de 2015, cuando esta extraña pareja se conoció trabajando en el Hospital de La Salud de Valencia. Él es Salvador Rodrigo, de 47 años, un auxiliar de enfermería sumiso, infantil y soñador. Padre de una chica de 19 años y casado desde hace 22 con otra trabajadora del hospital. Pero en septiembre de 2015 aparece en su vida María Jesús (Maje) Moreno. Una enfermera de 27 años atractiva, dulce, cariñosa… y que se enamora de él desde el primer momento.
Maje sellaba las cartas con besos y corazones para seducir a Salva
Eso es, al menos, lo que ella le escribe en las cartas. La realidad es bien distinta. Maje es una persona fría y calculadora que alterna varias relaciones sexuales a la vez con otros chicos de su edad, todos atléticos y musculados. También seduce a Salva. ¿Por que, si físicamente es tan distinto? Porque ve en él al 'pagafantas' perfecto. A una persona a la que, con darle muy poco, se lo va a entregar todo. A alguien capaz de matar por ella, como finalmente sucedió.
EL ESPAÑOL ha accedido al sumario del caso del crimen de Antonio Navarro, el ingeniero de Novelda. En él, la Policía, tras haber estudiado las grabaciones telefónicas, concluye que Salva "emplea un tono ilusionado, entusiasta y jovial, rozando en ocasiones el ridículo, especialmente cuando habla de hacer planes juntos o cuando Maje le hace caso y le regala una camisa". Ella, en cambio, "emplea un tono emocionalmente plano, como si realmente (que es lo que realmente ocurre) no tuviese ningún tipo de afecto hacia Salva.
Durante la surrealista relación entre Maje y Salva, ella consigue que su compañero de trabajo se someta tanto, que incluso le da igual que tenga otros novios y se vaya con otros hombres. Salva llega a matar el 16 de agosto de 2017 a Antonio Navarro, el marido de Maje. Lo hace porque se ilusiona con empezar una vida en común con ella. Pero una vez Salva ha perpetrado el crimen, Maje decide irse a vivir con José, otro chico al que ha conocido. Salva se pone triste, pero luego asume esa decisión y le dice que “si esa relación no te sale bien, me tienes por aquí”. Incluso, cuando ella le dice que se va a ir a pasar el Año Nuevo 2018 a Italia con su nuevo novio, él se ofrece a llevarla al aeropuerto.
Un niño grande
Salva es un tipo que, con 47 años, tiene comportamientos infantiles. Es un soñador, amante de la naturaleza, de la fotografía y de su ciudad. Tiene una especie de blog en el que cuelga fotos de los rincones más emblemáticos de Valencia. Los videojuegos son otra de sus aficiones, y pasa horas jugando. Además de su trabajo como celador, tiene una tienda de artículos de buceo con su socio, un médico del hospital. Personas de su entorno lo definen como “un tonto útil”. Maje enseguida cala su carácter y se aprovecha de él.
Se conocen en septiembre de 2015 y ahí empiezan una tórrida relación… epistolar. Ella finge que se ha enamorado y le empieza a escribir cartas de amor. Él le corresponde. Se entregan las cartas en mano cuando se cruzan en el hospital, como dos adolescentes enamorados. Una relación que ambos tratan de ocultar a sus compañeros de trabajo. Ella porque no quiere que nadie la relacione con el auxiliar. Él, porque está casado y su esposa, Inmaculada, también trabaja en el centro como supervisora.
Sólo sexo oral - Bocapitos time
Salva claudica. Pierde por completo la noción de la realidad. Se obsesiona con Maje. Le compra regalos, la lleva en su moto a todos lados, le hace los recados. A pesar de esta entrega, ella reconoce después a la policía que Salva no le atrae y que sus relaciones sexuales eran esporádicas y se limitaban al sexo oral.
Durante la relación, Maje tampoco parece preocuparse mucho por corresponderle físicamente. En una de sus cartas le dice cosas como que “el mejor regalo no es algo físico, eso ya vendrá”. O que el amor no es solamente una cuestión física: “Voy a cuidarte y mimarte, nunca vas a estar solo, nunca, pues yo estaré ahí… a veces físicamente… a veces espiritualmente”. Sobre todo espiritualmente, porque aunque ella mantiene varias relaciones extramaritales, la que tiene con Salva es más de cartas que de otra cosa. Pero a él no le hace falta más.
"El momento más doloroso de mi vida"
A todo esto, Maje tiene novio. Se llama Antonio Navarro y es un ingeniero de 36 años. Maje le oculta a Salva que se va a casar en septiembre de 2016. Cuando finalmente ella se lo confiesa, Salva le manda una carta en la que le reconoce el dolor tan grande que le supone, pero acaba comprendiendo que tenga que entregarse a otra persona:
“Es el momento más doloroso de mi vida (…) pero ahora tienes que entregarte a otra persona. (…) a mí me vas a tener ahí, a tu lado, siempre que me necesites, ayudándote, apoyándote, escuchándote”.
Se despide de ella haciendo un dibujito infantil y una cita entregada:
“Siempre tuyo, tu brujo, tu petardo, simplemente Salva”.
Maje, sin embargo, no lo ve claro. No quiere perder a un esclavo, por lo que le propone seguir siendo amigos “con derecho”. Con derecho a roce, se entiende. Y a nada más que a roce, a tenor de la ausencia de relaciones sexuales que ella misma ha confesado después a la policía. Maje se lo propone en una carta que, por cierto, despide con una frase inquietante:
“Venga pollo, ánimo con esa cesárea, saca al crío tú rajando”.
Una broma entre personal sanitario que, con la perspectiva del tiempo, es de un cinismo terrible, porque al final Salva mató al marido de Maje rajándolo.
Maje se casa, se echa un novio... y recurre a Salva
Maje se casa con Antonio Navarro el 3 de septiembre de 2016. Una boda que peligró por las numerosas infidelidades de Maje. Infidelidades que ella no le contó a Salva.
A principios de 2017, Maje no llevaba ni medio año casada, pero conoció a un publicista llamado José. Se enamoró y empezó una relación extramatrimonial con él. Paralelamente, su matrimonio con el ingeniero empezó a ir mal. En alguna conversación de Whatsapp del matrimonio, su marido Antonio le viene a decir que no le vuelva a poner la mano encima. Al parecer, Maje le ha pegado tras una discusión. Ella vuelve a echarse en los brazos de Salva, su esclavo sumiso, para quejarse de presuntos malos tratos de su marido.
"Qué pena que mi marido no se haya muerto"
A principios de verano de 2017, un desafortunado incidente se convierte en el detonante de la gran tragedia. El marido de Maje trabaja como ingeniero en una constructora. En su empresa se registra un accidente laboral con fallecidos. Salva y Maje leen la noticia y la comentan en el trabajo. Ella piensa en voz alta: “Qué pena que no haya sido mi marido el que haya estado ahí dentro”.
Antonio y Maje el día de su boda, hace menos de dos años.
Como no iba a encandilarlo con semejante pechonalidad...
A Salva se le abre ahí un nuevo horizonte. Imagina a Maje viuda, a él divorciándose de Inma, su esposa. Una vida en común con Maje. Entonces se lo propone. Se ofrece para asesinar a Antonio. Él lo hace por amor. Ella, movida por la posibilidad de verse libre y dueña de la herencia, empieza a tramar el crimen. Deciden que Salva lo matará en el garaje donde Antonio encierra el coche, porque ahí no hay cámaras. Y que lo harán en agosto, cuando menos gente hay.
Lo planifican durante los meses de verano. Salva decide matar a Antonio el 16 de agosto. Maje le facilita las llaves del garaje, para que Salva asesine allí a su marido por la mañana. Con una frialdad que espanta, Maje decide tomarse esa noche libre en el trabajo. Y, sabiendo que van a matar a su marido al día siguiente, decide pasar la noche con José, su amante real. A su marido le dice que esa noche tiene guardia en el hospital.
Salva mata a Antonio
Salva mata a Antonio Navarro el 16 de agosto en torno a las diez de la mañana. Lleva allí desde las 7:30 esperando. Puede hacerlo, porque él sigue de vacaciones, pero su esposa Inmaculada ya ha empezado a trabajar ese día. Antonio aparece para coger su Peugeot 208 blanco. Entonces aparece Salva, lo asalta por la espalda y le pega ocho navajazos. Lo mata en el acto y huye del parking por la rampa. Luego llama a Maje, que ha pasado la noche con su amante, para quedar a las tres de la tarde en persona. Cuando se ven, le informa de que ya está hecho. Que ha matado a Antonio. Ella se empieza a sentir mal y se marcha.
Antonio Navarro recibió ocho navajazos de Salva
Así se encontraron los agentes el cadáver de Antonio en el lugar de los hechos.
A partir de ahí no se vuelven a ver en varias semanas. Entierran a Antonio y ella se muestra muy compungida en el funeral. Incluso lee una emotiva carta de despedida. A Salva no se vuelve a dirigir, aunque él le manda un Whatsapp a ella el 6 de septiembre para felicitarla por su cumpleaños. Ella ni siquiera le contesta.
La Policía investiga el asesinato y, sabedora de que Maje tiene una relación extramatrimonial con el publicista José, lo toma como primer sospechoso. Pinchan los teléfonos de Maje y se enteran, escuchando las conversaciones con su amiga Rocío, que Maje se siente feliz, liberada y eufórica. Que planea irse a vivir con José en poco tiempo y tener un hijo en menos de dos años.
Conversación del 8 de noviembre
Pero el 8 de noviembre cambia todo. La policía averigua que un tal Salvador Rodrigo Lapiedra ha estado ha estado llamando a Maje en varias ocasiones. Y en una de estas, escuchan la conversación. Hay una frase que le convierte automáticamente en sospechoso. Maje y Salvador habían coincidido esa mañana en el trabajo y el le había confesado a ella que no estaba bien. Que le había dado un bajón muy grande. Pero que ya hablarían tranquilamente. Maje se poner nerviosa y le telefonea para que le explique qué pasa. Antes de entrar en materia, por cierto, ella le pregunta si ya le ha enviado un paquete, tal y como ella le ha encargado. Ella lo sigue teniendo de recadero. Él, obediente, le dice que sí. Y le confiesa:
Salva: “Me ha venido a la cabeza que es verdad, que tu madre tiene razón, que tendrás que desconectar de tu casa (…) y en cierta medida también tendrás que desconectar de mí porque yo te lo voy a recordar cada día que me veas. (...) Me ha dado un bajón bestial (…) y el otro día llamé a la Policía”.
Maje empieza a gritar como loca, pensando que él ha confesado.
Maje: “¡Qué dices! ¡Salva por Dios no hagas locuras eh!”
Salva la tranquiliza diciéndole que no, que ha contactado con un amigo policía para saber cómo están las investigaciones. Y que ha sido ahí cuando se ha enterado de que ella tiene un novio que se llama José y que se van a ir juntos a Italia.
Salva: Hay otra persona que no sé quién es, un tal José Antonio (…)
Maje: Sí, sí, el publicista. También te hablé de él. ¿Te acuerdas del publicista?
S: Sí… y me ha dicho que te vas con él a Italia.
M: …
S: Sí (sollozos)
M: Sí, pero con más gente.
S: Ya. Entonces nada, porque me ha dado un bajón terrible (suspiros).
Salva está devastado porque se acaba de enterar de que, aunque ha matado al marido de Maje para poder estar juntos, ella se ha echado un novio nuevo y se va a ir con él de viaje. Él le pide comprensión, pero él esta destrozado. Maje, no obstante, parecen importarle muy poco los sentimientos de Salva y le pregunta:
M: Pero escúchame, entonces ¿me están investigando a mí?
S: A ti o a él (José) porque él… lo saben.
M: Hostia
Tras unos titubeos, Salva vuelve a la carga con resignación:
S: Si no te hago feliz, dímelo
Y se pone a llorar. No por haber matado a un hombre, si no por saber que Maje está con otro chico. Pero a Maje eso no le importa. Ya sólo piensa en que la están investigando y lo cita presencialmente:
M: Madre mía. Pero ¿podemos vernos o no?
S: (llorando) ya pero… deja que… tú eres libre y puedes hacer lo que quieras.
M: Pero si eso ya se habló
S: Ya… pero por lo menos saberlo. Por lo menos decir… mira.
Él le achaca (llorando) que no le haya dicho que tiene novio. Ella le contesta:
M: Igual que tú tienes una familia, o sea… y te jodes, pues… me jodo. Pues ya está. O sea, es así, no voy a estar sola esperándote. Es así.
S: Ya… pues por eso, quería saber qué.
M: Eso no quita que me hagas feliz o no, que igual que tienes una familia y disfrutas de tu hija, yo no puedo estar esperando a que… sabes.
Salva tiene el corazón partido. Ha matado a un hombre para estar con esa chica, pero ella se ha ido con otro y no le ha dicho nada. A pesar de la traición, es incapaz de enfadarse con ella:
S: No te lo estoy criticando. O sea, que quiero que me entiendas (…) ya te digo, siempre te he dicho que tú puedes hacer absolutamente lo que crea conveniente, absolutamente, siempre, siempre, porque no hay nadie dueña de ti. Pero es que… (suspiros).
Ahí Salva se arma de valor y le pregunta:
S: (…) ¿dónde me quieres exactamente en esta historia”.
M: Madre mía. Yo bastante tengo, ¿sabes? Como para estar preocupándome por eso.
Maje no quiere hablar más porque le da miedo tener el teléfono intervenido. Quedan en un local de Valencia y Salva le consigue a ella otro teléfono. Una línea que no esté pinchada, sólo para hablar entre ellos con seguridad. Evidentemente, el teléfono lo paga él. (Y seguro que no era una tarjeta prepago...
)
Conversación del 7 de diciembre
La policía, que ha escuchado esta llamada, consigue que un juez autorice el pinchazo de este teléfono de seguridad, por lo que también escucha conversaciones como las que mantienen el 7 de diciembre. Ahí, Salva ya ha asumido que Maje se va a ir a vivir con José, pero le pide que le deje una puerta abierta por si las cosas no le van bien:
S: Yo te voy a apoyar con lo que hagas, y si tu decides irte a vivir con José, pues te vas a vivir con él. Pero que te vaya bien o te vaya mal, que no estés nunca en ningún sitio obligada a estar.
Maje entonces le confiesa que José y ella se van a ir a vivir juntos en enero, mucho antes de lo que Salva pensaba.
S: ¡¡¡En enero!!!
M: Sí
S: Ajá (se percibe que no le sienta bien)
M: Porque en mi casa es que, entre los papeleos y que se va a tomar una decisión en diciembre [sobre la herencia de Antonio], pues en enero o febrero me iré. Porque yo en casa pues eso, con los vecinos preguntando, no puedo hacer nada. No estoy.
S: No, no estás.
M: Y es una lástima, porque me encanta mi casa.
S: Ya.
M: Pero aún la ropa de él, es que no se la van a llevar nunca. Me han dicho que no la tire. O sea… ¡Haced algo, pero no me la dejéis ahí!
S: No, si tienes muchos recuerdos.
Salva le plantea entonces la posibilidad de que las cosas con José no salgan bien:
S: Esto ya sé que es muy delicado y si quieres contestar me contestas, y si no ya hablaremos (…) que yo quiero que tú seas feliz y te vaya bien. Pero si no te fuera bien con Jose, ¿qué tienes pensado hacer?
M: Si no me fuera bien con Jose, me iría a casa de mi hermana hasta encontrar algo.
Otro chasco. Tras una breve conversación acerca de pisos y alquileres, Salva le confiesa que la echa de menos, porque, al parecer, ella lo ve en el hospital pero no le hace ni caso.
S: (Risa nerviosa) Es que no me lo quito de la cabeza. Qué pesado soy, se me hacen las semanas eternas (…) de pensar que no te veo hasta… ¿cuándo?
M: Ya es que mira
S: Pufff… se me hace…
M: Eso es imposible.
S: El martes (…) yo pasaba por teléfono [al parecer coincidieron] y digo ¡Hostia! Sí que disimula la cabrona, sí. (se ríe). ¿Me viste en la moto o no? ¿Me viste? ¿No me viste?
M: ¿Al salir?
S: Al salir, sí
M: Sí te dije hasta luego, ¿no?
S: Ah sí, vale, vale. Es que no te oí.
M: Si te levanté la mano.
S: Ah bueno, vale, sí, sí (ríe)
M: ¿Qué quieres? ¿Que te dé un abrazo?
S: Noooo, no, que va, que va, que no (se ríe)
M: Ah vale, digo… no sé qué pretende.
Él entonces se viene arriba y le propone quedar el viernes. Ella decide dejarle las miguitas y le dice que vale.
S: ¿Vale? Y hacemos lo que te apetezca (…)
M: Vale, guay. Yo creo que para salir y comemos en casa. Hacemos una (pizza) calzone en plan así de marisco como la que dijiste
S: ¡Vale! (Con entusiasmo)
M: Vemos una peli y ya está
S: Vale, vale.
Salva tiene más que suficiente con verla un ratito y que Maje le permita cocinar para ella.
La emboscada del 28 de diciembre
El 28 de diciembre, Día de los Inocentes, la policía y Vicente Navarro, el hermano del asesinado, tienden una trampa a la extraña pareja. Maje y Salva ya son los principales sospechosos, pero los investigadores necesitan una confesión telefónica. La estrategia es la siguiente: Vicente queda con Maje por un asunto de la herencia y le revela que la policía ya tiene identificado al asesino. Que la captura es cuestión de días. Maje se asusta y llama a Salva muy nerviosa. Él la calma y le viene a decir que a él nadie le ha interrogado, que probablemente vayan a detener a una persona que en realidad no es la autora.
M: Entonces la justicia, ¿qué? ¿Es una mierda?
S: No, estás temiendo por mí. No temas, ya te lo digo yo, ¿vale?
Él le da una serie de explicaciones tranquilizadoras para demostrarle que es imposible que él sea sospechoso y confiesa en varias ocasiones que ha sido él. Maje se lo cree y se calma:
M: Entonces, ¿respiro?
S: Sí, sí. Te digo yo que respires, ¿vale? Respira tranquila.
Pastillas para el mareo
Y después de respirar, hablan del viaje a Italia que se va a pegar Maje en Nochevieja con su novio José. Entonces Salva, con su amor incondicional, le ofrece incluso llevarla al aeropuerto (
), le desea buen viaje y le da varios consejos para que no se maree durante el viaje.
La policía ya tiene suficiente y los detiene a los dos la mañana del 10 de enero, después de que ella haya vuelto de viaje de Italia. Ambos prestan declaración y sus versiones son bien distintas. Ella reniega de él desde el primer momento, dice que Salva es un tipo que no le atrae y que se ha obsesionado con ella. Él, en cambio, lleva su amor hasta las últimas consecuencias y se achaca toda la responsabilidad de haber matado a Antonio Navarro. Fiel y leal hasta el final.
La policía registra la casa de Salva. Su mujer, Inmaculada, hace entrega a los agentes de una mochila propiedad de su marido. En el interior, guardadas como oro en paño, estaban las cartas que Maje le enviaba. Las mismas con las que le pedía que le llenase el gotero de Ringer y las mismas con las que lo embaucó hasta convertirlo en un asesino.
La viuda negra de Novelda (II)
El primero de los amantes de la enfermera era publicista. El segundo, Mosso d´Esquadra. El tercero, un ligue de una noche. El cuarto era compañero de trabajo y mató a su marido Antonio porque ella se lo pidió. "Nos gusta la movida, vamos a ser sinceras. Eso sí, la movida con tíos buenos. La movida con sexo", le decía a una amiga.
Este es el garaje en el que apareció el cuerpo de Antonio, cuyo asesinato fue planeado por Maje, su mujer, y uno de sus amantes.
-Cuando seamos abuelas, escribiremos un libro de nuestros ligoteos.
Ella llevaba una doble vida con casi todo el mundo. La frase pertenece a una conversación telefónica que tiene lugar el 13 de septiembre, 30 días después del asesinato de Antonio Navarro Cerdán, el ingeniero de Novelda (Alicante). El cadáver todavía está caliente. Sin embargo, a su mujer, María Jesús Moreno Cantó, Maje, la viuda negra, parece no importarle demasiado.
A la vez, esos días recibe llamadas de amigos, familiares y conocidos. Todas son para darle el pésame. En ellas, la mujer, enfermera, 27 años de edad, dice que está mentalmente destrozada, compungida por la pérdida. Que no sabe cómo tirar para delante, que lleva un mes sin salir de la cama y que apenas come. Solo tiene fuerzas para acercarse a la nevera e ingerir un yogur una vez al día. Que dice que está fatal.
Intercaladas a esas llamadas le llegan otras. Entonces, nuestra protagonista se transforma, cambia el tono de voz y muestra su verdadera cara. Por ejemplo, cuando le llama José para quedar en su casa. O Rocío, con quien comenta cómo José le hace el amor. O cuando sale de fiesta y se acuesta con Sergio. O su madre, con quien comenta lo bien dotado que está Sergio. En esas llamadas, la viuda que llora desconsolada por su marido asesinado se transforma en una persona alegre, feliz y fiestera.
Ahí es donde la Policía que seguía el caso comenzó a sospechar. No había ningún móvil que atribuirle al crimen. Antonio era un tipo sencillo, sin antecedentes y respaldado por las versiones de su familia y amigos. Lo único que sabían los investigadores era que Maje le había sido infiel a Antonio y que quería separarse de él. Es entonces cuando comienzan a investigarla también a ella.
La realidad es que para Maje, como le dice a su amiga Rocío, la aparición del cadáver de su marido en el garaje de casa con seis puñaladas en el pecho resulta todo un alivio. Un soplo de aire fresco. “Una liberación”.
EL ESPAÑOL ha accedido al sumario del caso del crimen de Antonio Navarro, el ingeniero de Novelda. En él, la Policía, tras estudiar las grabaciones telefónicas, detalla cuáles fueron los pasos que siguió la ‘viuda negra’ para acabar con su marido sirviéndose de uno de sus amantes. Qué fue lo que hizo en los meses posteriores al crimen.
En la primera entrega analizábamos su relación con Salvador, el hombre al que encargó el asesinato de su pareja. En la segunda, el relato discurre por los amores que mantuvo con sus distintos novios en los últimos años mientras estaba casada. Tuvo al menos cuatro: José, Sergio, Mateo y, cómo no, Salvador, el asesino sumiso y padre de familia. Esta fue la clave que llevó a la policía a dar con el autor de los hechos. Pero a Maje no la delató la escena del crimen. A Maje la delató el cinismo. A Maje la delató su impostura. A Maje la delató Maje.
Cuando Maje se comió "el cristal"
Unos fines de semana después de la muerte de su marido, Maje decide marcharse de fiesta con su amiga Rocío. Ambas cogen el coche, alquilan un hotel y se van de farra a Barcelona. Allí beben, comen y salen de fiesta. Se lo pasan de miedo. Como si no hubiera pasado nada. Como si días antes no hubiera pasado nada.
Esa noche conocen a dos chicos. Sergio, con el que Maje se queda, es Mosso d´Esquadra. Las dos mantienen esa noche relaciones sexuales con sus respectivos ligues. Hasta ahí todo bien.
Días después comentan la jugada por teléfono. Maje le dice a Rocío que parece que hay avances en el caso de Antonio. La policía le comenta que el caso del descuartizador de Valencia (fue detenido el pasado mes de septiembre) está relacionado con el tema de Antonio (Maje miente. Nadie en la policía le ha dicho eso nunca).
Luego cambian de tema y pasan a hablar de Sergio, el Mosso d´Esquadra, y del sexo con él. De sus conversaciones se intuye que el hombre con el que estuvo Rocío también pertenece a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
-Rocío: Bueno, escucha: el ‘malaguita’ me cae bien, así inocente y todo lo que quieras… Y me gusta.
-M: ¡Pero es buena persona!
-R: Pero yo sé que ahí la que mando soy yo (risas). Pero le haría creer que manda él (Risas de las dos).
-M: Yo igual. Con Maikel tendrías de historias que flipas.
-R: Igual el chaval es hiperactivo.
-M: Y nos dirían “¡Estáis atentando contra la autoridad!”
-R: Ya ves, te imaginas... De repente, un día te enfadas con ellos y cogen y te violan y au...
-M: (Risas) ¿Cómo eres tan animal? Por favor.
-R: Tía, te lo juro, y dirían “pues ahora sí que quiero” y yo que no, y … ya está. Yo en verdad te digo una cosa: no me gusta, o sea, me disgusta pero también me gusta.
-R: En plan de llevarles la contraria.
-M: Tú y yo estamos locas.
Su amiga es su mejor compinche. Con ella habla de sexo, de tíos, de dinero, de todo. Ella la consuela y la comprende. Que está mucho mejor ahora, sin ese, sin Antonio, que está como más liberada. Rocío es su compañera de copas. Su compañera de juerga. Su compañera de “movida”.
-M: Nos gusta la movida, vamos a ser sinceras. Eso sí, la movida con tíos buenos, yo la movida con Antonio, que en paz descanse, no la quería (risas).
-R: Ya claro, es que tiene que ser movida con sexo.
-M: Porque si yo luego me lo tenía que tirar después de la reconciliación no me apetecía, ¿vale?. Y con éste… Éste me va a follar como me folló en el baño, o sea que quiero, ¿vale?
-R: Pero Maje, ¿este te lo hizo bien o qué?
-M: ¿Que si me lo hizo bien? Casi me como el cristal, Rocío, jajajaj. Casi me como el puto cristal y tenía más culo que yo. Le voy a preguntar como hace ese culo ‘pa’ fuera tía.
-R: Tía que guay, pero ¿cómo lo tiene así?
-M: No, yo le voy a preguntar, ¿eh?
-R: No, te lo juro, yo creo que lo han inyectado o algo.
-M: No, al tuyo sí, el tuyo se ha puesto botox (risas).
-R: En las tetas.
-M: Tía, pero rocío, los boxers, esos calzoncillos súper…. Eh… tía, que yo quiero ese culo, ¿eh?.
Apenas habían pasado dos meses de la muerte de Antonio. Lo que no sabía ninguna de las dos es que al otro lado de la línea siempre había una tercera persona escuchando. Las primeras semanas, Maje fue precavida en sus conversaciones telefónicas. Sin embargo, los investigadores mantuvieron la esperanza la teoría de que se le iría soltando la lengua con el paso del tiempo. Tuvieron razón. Maje tardó poco en delatarse a sí misma.
Sacarle el dinero a la suegra
Maje y su suegra, la madre de Antonio, no es que se llevasen mal, es que directamente no se llevaban. Como su hijo, sabía desde hacía mucho tiempo de las infidelidades de ella. Un mes antes de la boda, el 3 de septiembre de 2016, Antonio llama a su madre y le dice que no se quiere casar. No le dice la razón pero ella lo intuye. Al final todo se arregla y la boda acaba celebrándose.
Hay una escena que la suegra recuerda a posteriori cuando le preguntan los agentes de la policía durante la investigación de su nuera. Situémonos: último fin de semana antes de la muerte de Antonio. 13-14 de agosto. El matrimonio come ese día en la casa de la madre de Antonio en Novelda. Todos reposan el postre sentados al rededor de la mesa del comedor. En ese momento, Maje se levanta y se va a hablar por teléfono a una habitación del fondo.
Da la casualidad que la suegra estaba en la cocina y pudo escuchar parte de la conversación. Ante la policía, recordó que Maje hablaba muy bajito y casi no entendía lo que decía. Antonio salió del comedor y se adentró en el pasillo en dirección al fondo de la casa. Al entrar en la habitación, ella levantó mucho la voz despidiéndose y diciendo algo como “si pasa algo ya me avisas”. A la suegra le dio la sensación como que cortaba rápido la llamada disimulando y hablando alto al entrar su hijo en la habitación. Antonio llevaba mala cara al salir de allí.
Tres meses después, el 13 de octubre de 2017, Antonio ya está enterrado bajo tierra. Maje llama a su amiga Rocío. Su nuevo novio, José, acaba de volver de su viaje en Alemania. Han pasado solo dos meses desde el crimen. A Maje no le podía haber ido mejor: sigue viviendo, sin reparo alguno, en la casa que estaba a nombre de su ex marido, cobra 1.100 euros de pensión de viudedad y se pega la vida padre. Va a todo trapo, entre noches de fiesta, viajes y alcohol. Pero no le llega. Dice que quiere más, pero que ha de ser precavida con su nueva relación. Le dice a Rocío que Vicente, hermano de Antonio, está sospechosamente atento a sus movimientos. Podría llevarla a juicio si la pilla con José en casa.
En sus pesquisas, la Guardia Civil sigue a Salva y a Maje y logran confirmar sus reuniones. Una de sus pruebas, esta fotografía
Entretanto, a la joven le surgen ciertos problemas legales. La familia de Antonio, ahora que está muerto, tiene que devolverle a Maje 30.000 euros del piso que ambos compartían. Como es dinero negro, no puede ponerse en escritura. Maje se indigna. No le queda otra que fiarse de la familia del hombre con el que convivía. Todo lo comenta en un ataque de indignación. Maje no da crédito: estando de luto como estoy, la suegra ni me ha llama para consolarme, dice. Rocío escucha.
-Maje: Es que lo quiero ya, y debo tenerlo ya. Y lo tienen, es que sé que lo tienen (…). Yo no puedo esperar… 15 años o 20 a que me den ese dinero.
-Rocío: Es que son unos mierdas, tía. Son unos mierdas.
-M: Ya. Y luego no han ‘preguntao’ ni cómo estoy ni nada, ¿eh? Mi madre está indignada.
-R: Pero pa qué. Si Maje, ya sabes cómo son.
-M: Bueno, por cordialidad. Mi madre ha llamado a M. (la madre de Antonio) a ver cómo estaban y le ha tenido que decir: “Bueno, pues Maje está en Valencia, tal”… Y no le ha dicho nada. Dice: “Ah, vale, pues yo de baja”. Y ya está.
-R: ¿Está de baja?
-M: Sí. Dice mi madre: “No la vuelvo a llamar”. Más estúpida.
-R: ¿De baja? (Como riendo).
-M: Sí. Se va a morir.
-R: Esa mujer… Olvídate. Esa se muere.
-M: Es que era mala persona. Conmigo era mala.
La empanada de José
Maje utiliza a José como un salvavidas a la hora de enhebrar el plan final de matar a su marido. De sus romances, es el más consolidado. Se conocen el 21 de mayo de 2017. Maje y Rocío salen de fiesta por Valencia y conocen a dos chicos, primos hermanos. Los dos fuertes, los dos atléticos, los dos guapos. José, un chaval joven que trabaja como publicista, es uno de ellos. La relación, desde entonces, comienza a afianzarse.
Maje se va con él de viaje a Italia, a pasar el fin de semana por los pueblos de la costa valenciana. Quedan solos en su casa. En resumen, hacen vida de pareja. Eso sí, no abandona sus otros cometidos para con su amiga Rocío. Siguen saliendo juntas de fiesta. Siguen ligando con otros chicos. Uno de ellos es Tomás, con el que tan solo se lía una noche. Al final, cuando su marido Antonio aparece muerto, tan solo confía en José. Maje se va con él a quien Maje se va a vivir. Pero no le cuenta nada de lo que ha pasado.
El día que aparece el cadáver de su marido, Maje envía a su teléfono varios mensajes que le servirían durante algunas semanas como coartada hasta que los investigadores dejaron de creerse su versión. Esa mañana Antonio no contesta. Ingeniero de profesión, madrugador, puntual, Antonio se pone todos los días el despertador a las siete y veinte de la mañana. No suele desayunar porque almuerza en el trabajo. A 7.40 sale cada día de su casa en dirección a la zona de el Rebollar. Hasta allí son 35 minutos en coche. Esa era su rutina. Y el asesino lo sabía. Antonio murió de seis puñaladas en el pecho en un momento indeterminado entre las siete y media y las ocho y media de la mañana.
Maje procuró estar bien lejos de todo aquello. Lo planeó todo al menos con dos semanas de antelación. A principios del mes de agosto, la viuda negra le envía este mensaje a su pareja.
-Cari. Me he quitado la noche del 14 por la del 15. Así no hago dos seguidas. Hago 13 y 15.
Necesita una escusa para no pasar en casa la noche previa al crimen. Así que decide “cambiar” el turno en la clínica de salud. Esa noche, en teoría, trabaja. El día está ya señalado.
En realidad, Maje no fue al trabajo esa noche. Hacía varias semanas que no le tocaba ese turno. Lo que hizo fue coger el coche, llegar a casa de Jose, y quedarse allí a dormir. El plan parecía perfecto.
Antes de marcharse de casa, Maje se pasa la tarde cocinando y prepara una empanada para llevar a casa de José. En la mesa de la cocina de su casa, le deja un trozo a Antonio, su marido, para cuando vuelva de trabajar. Esa iba a ser su última cena. Eran las nueve y media de la noche cuando Maje le envía este mensaje.
-Puxi. Ya en el hospital. Goza esa empanada hecha con amor.
Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, Maje llega a casa de vuelta del trabajo y le dicen que Antonio ha aparecido muerto en el garaje. A la viuda negra le da en ese momento un ataque de ansiedad.
El crimen del pagafantas
Las puñaladas sufridas por Antonio a manos de Salva.
A la mañana siguiente de esa conversación, un hombre de 47 años, fofo, rechoncho, marido, padre de dos hijos, obsesionado con el Call Of Duty, (posible descripción del forero medio
) se esconde en el garaje del edificio en el que viven Maje y Antonio en Valencia. Se llama Salvador Rodrigo y está absolutamente loco por Maje desde hace más de dos años.
Salva se queda sentado en el suelo, en la plaza de aparcamiento contigua a la de la pareja, esperando a que llegue su víctima. Antes de llegar, rompe el cristal del coche de al lado con el fin de que la policía piense que se trata de un intento de robo. Lleva una mochila y un enorme cuchillo de cocina dentro. Esta preparado para cumplir su cometido: hacer feliz a Maje, piensa. Qué hay más bonito que matar por amor.
Todo sucede muy rápido. Antonio y Salva se encuentran frente a frente del coche de Antonio. Se miran. Salva le empieza a increpar y le reprocha su actitud con Maje. Antonio le dice que no se meta en las cosas de la pareja. Salva está nervioso. Lleva el cuchillo detrás en la espalda. Sin mediar palabra, lo saca y le acuchilla seis veces en el abdomen. Cae rodeado en un charco de sangre. Salva huye de allí. En un descampado cercano se deshace de la ropa, de las llaves, de la mochila y vuelve a casa.
Seis meses después sería detenido junto a Maje. Él había cumplido todos sus designios. Se había sometido a ella por amor. Salva queda obnubilado al conocerla y se ilusiona con una futura vida junto a ella. No más mujer. No más hijos. No más ataduras. Solos él y Maje. Durante esta surrealista relación, la mujer consigue que el que había sido su compañero de trabajo se someta a ella de tal forma que hasta le da igual que salga con otros hombres. Él seguía teniendo esperanza. Pero no le sirvió de nada.
En realidad, Maje se ganó a Salva mucho tiempo atrás. Lo hizo con cartas como la que le envió el 19 de marzo de 2016, día del padre. Ella lo sabía: no iba a tener que mover un dedo para matar a su marido.
“Con esta breve carta quiero decirte que te quiero, que te necesito y… que voy a cuidarte y mimarte. Que soy tuya, y que prometo serte fiel porque necesito nada más que un hombre como tú a mi lado.
Sigue luchando, sigue conquistando, nunca hay batalla perdida a tu lado. Tienes a tu lado una mujer que te valora, que te quiere y que te escucha.
Me llevas de la mano, seguimos el mismo camino juntos, con caminos más llanos y otros más empinados, pero de la mano.
Un fuerte beso para el mejor papi del mundo
Te quiero”.