¿Qué es el petardeo en el escape?
El petardeo en la línea de escape es debido fundamentalmente a combustible que llega sin quemar a la misma, y se autoinflama en ella. No es un fenómeno tan atípico en los motores de combustión interna, y ahora vais a entender el motivo.
En los motores de gasolina en los que la introducción de combustible se hace al inicio del colector de admisión, típico de la inyección monopunto y motores con carburador este fenómeno no es tan extraño. En estos motores suele aparecer una película de combustible líquido que se va depositando en el interior del colector de admisión.
Cuando el motor funciona a alto régimen de vueltas y con el acelerador al máximo, la mariposa de aire en la admisión está completamente abierta y hay un gran caudal de aire hacia el motor. Al levantar el acelerador, la mariposa de gases se cierra de golpe. En ese momento se produce una depresión o succión muy rápida en el colector de admisión, que genera la evaporación de la capa líquida de combustible depositada en dicho colector y su entrada al motor. Por tanto, se produce un enriquecimiento momentáneo de la mezcla. Cuando esta cantidad de combustible mezclado con el aire a alta temperatura es expulsado sin quemar por el escape, puede entrar en autoinflamación debido a la alta temperatura existente en el mismo. Aquí tenéis la explicación de los típicos petardeos de las motos con carburador al soltar gas desde altas rpm.
Esta situación de enriquecimiento momentáneo de la mezcla provoca que llegue combustible al catalizador y por tanto pueda dañar el mismo, además de empeorar las emisiones contaminantes. Por lo que en estos motores suele tratar de evitarse esta situación utilizando mariposas que se cierren de forma más lenta, de tal forma que la depresión se produzca de manera menos drástica. Como punto negativo a este cierre más lento es la menor capacidad de retención o freno motor hasta que se cierre la mariposa.
En general, la utilización de sistemas de formación de mezcla que inyecten el combustible más cerca del motor reduce la superficie de conducto mojada en gasolina y con ello la tendencia al petardeo. Por tanto, en los motores más modernos, con inyección directa sobre todo, un petardeo “no deseado” es prácticamente imposible.
Otro problema relacionado con el petardeo pueden ser los problemas en el arranque. Si intentamos arrancar de manera repetida sin conseguirlo, puede ser que en el momento de la arrancada se autoinflame una gran cantidad de combustible que se haya ido depositando... Ni uno ni dos silenciosos han reventado de esta forma...
Sin embargo, a veces sí que puede ser deseado este petardeo. En los motores turbo, es necesaria una cierta energía en los gases de escape para que el compresor pueda soplar aire a la admisión de forma contundente. El tiempo que la turbina tarda en acelerarse debido al paso de gases de escape suele ser conocido como tiempo de retraso o turbo- lag. Este hecho es un incordio en competición, pues el piloto pierde unas preciosas décimas en esperar a que el turbo sople con fuerza al pisar el acelerador de nuevo a la salida de cada curva. Por tanto, un sistema que mantenga la energía en los gases de escape al soltar gas es muy deseable en el mundo de las carreras.
Con esta filosofía surgen los anti-lag en el mundo de los rallies. Al soltar el acelerador, una combustión muy retrasada extendida a los colectores de escape, mantiene la presión correcta en el turbo. De forma adicional, gracias a la riqueza de la mezcla, parte del combustible sale sin quemar por el escape y genera unas preciosas explosiones en el mismo.
Por tanto, estos petardeos pueden aparecer de forma deseada o no tan deseada en motores de gasolina, más o menos atenuados por el tipo de sistema de escape empleado. Pero, ¿qué pasa con los coches diésel? Bueno, parece que el empleo de una cantidad muy rica de gasoil inyectada de forma retrasada puede hacer llegar al escape un cierto petardeo, ahogado por preocupantes nubes de hollín que recomendamos no respirar…