Alan Mathison Turing
El científico que hoy nos ocupa debe ser venerado en nuestro floro por múltiples causas, como veremos a lo largo de esta breve exposición.
Alan Turing, de jovencillo.
Nació el 23 de junio de 1912, hijo de un funcionario de la administración destinado a la India.
Su padre.
Con lo que se pasa la infancia en pensionados e internados, donde en su adolescencia conoce a Christopher Morcom, con el cual entabla una profunda amistad no homo. Bueno, solo un poco, pero sin mariposóneos, sólo de risas. Entre sus acciones más sorprendentes está el observar las estrellas (y todos sabemos qué ocurre a la luz de la luna), experimentos de química y jugar al ajedrez. Lamentablemente su boyfriend muere a los 19 tacos de tuberculosis bobina, o lo que es lo mismo: condena a su amigo a ser el prototipo de forero medio.
Su boy.
Desde bien niño demostró ser el puto amo de las matemáticas, hasta el punto de que mientras sus colegas leían al Mortadelo de turno, él se enfrascaba con The Nature of Physical World, de Albert Einstain, y similares escritos de eruditos. También se dedica a correr como si no hubiera un mañana, lo cual implica salir de casa. Punto negativo; lo siento.
Estudia en Cambridge, donde conoce a importantes matemáticos alemanes expulsados por el Cabo de Bohemia. Les resuelve en sus morros el Entscheidungsproblem, o lo que es lo mismo: el tercer problema que Hilbert planteó a los matemáticos, y que versa en la decisión. Para que nos entendamos, Alan demuestra que hay infinitos problemas que no pueden ser resueltos o lo que es lo mismo: que existe una máquina universal -Maquina de Turing- capaz de resolver todos problemas calculables.
Menos mal que di con esto, porque no
encontraba una mierda de la puta maquinita.
Durante esta época desarrolla el concepto de que una máquina de calcular debe funcionar a base de ceros y unos, sentando las primeras bases de la computación. En 1936 se traslada a Princetown para sacarse el doctorado y comete el error de comerse un buen rabo, por lo que en el 1938 FedEx lo devuelve a Inglaterra con un cartelito en la espalda que pone perverse, una forma de llamar mariposón a uno sin decirlo. En su casa, lo juzgan y condenan.
Para librarse de la trena, acepta un tratamiento hormonal por el que le crecen los pechos, convirtiéndose en la primera shemale ilustre de Inglaterra.
Como no hay fotos de su tetamen,
os pongo estas de vaca que quizá
os dará para paja.
Llega la WWII y Turing se mete de lleno en el servicio secreto británico a comer rabos. Bueno, no, a desarmar los entresijos dela máquina de codificar alemana ENIGMA, tema que soluciona de calle. Y si bien no podemos afirmar que él ganó la guerra, sí podemos afirmar que sin él, los aliados la hubieran perdido.
Con esto se comunicaban los alemanes.
Para flipar con el cacharrito.
Durante esta época, además, desarrolla la idea de las subrutinas y la posibilidad de realizar verificaciones automáticas del software implementado. A él le debemos en parte el poder forear comiendo doritos. Desarrolla también la idea de la máquina pensante y establece algunas premisas vigentes aún hoy en día.
Con poco más de cuarenta años, el 7 de junio de 1954, estaba ya hasta los huevos no solo de que no le dejaran ni ser mariposón ni shemale, sino que además le estigmatizaran con ello.
Así esa misma mañana de un soleado día de verano, decidió aliñar una manzana con cianuro. Se tumbó en su cama y se la zampó enterita.
Su epitafio.
Hoy en día es considerado uno de los padres de la informática.
Los que han pedido ser invocados: @Fides @Quemao @Pableras @GublincitoLaDroga @Tanchus @Makulikuma @elantiguo @THER @Bolgo @tancredo @DrHomer @Tupacamaro
Para terminar, un perezoso culo en pompa provocando al personal.