Muralla de Sevilla

¿Por qué esta imagen?
Para realizar este trabajo he elegido la imagen de “La muralla de Sevilla”, puesto que puede explicar muy bien la forma de vida de la sociedad durante la Edad Media, así de que es un elemento que no es único de esos siglos. Podría haber elegido cualquier otro tema de los que disponía, como la imagen de “La danza de a muerte” donde hablaría una de las partes más negativas de la Edad Media, que fueron las epidemias y así como la idea que se tenía de la muerte. O la referente al “Libro de Horas de Carlos VIII, rey de Francia” donde habría que centrarse en la difusión de la escritura y de las imágenes, que eran desarrollados la mayor parte por monjes o religiosos. Y por último la imagen de “El matrimonio Arnolfini” donde habría que aportar la idea que se tenía del matrimonio y también centrarse en el arte de la pintura el cual se desarrolló con abundancia en esa época.
Al elegir “la muralla de Sevilla”, no quiero hablar exactamente de cómo eran estas estructuras sino también de su importancia tanto en las ciudades, haciendo hincapié en la ciudad de Sevilla, de cómo fue recibida esta construcción por los habitantes de la ciudad durante la Edad Media y por último en el hecho que para mí es el más importante tanto para la ciudad como para el momento y es hablar de la Reconquista de Sevilla por el Rey Fernando III, el Santo.

¿Qué es una muralla?
Según la Real Academia Española, el significado de muralla es el de “Muro u obra defensiva que rodea una plaza fuerte o protege un territorio”
Las murallas, “Sevilla quedaba aislada del exterior por medio de un doble cinturón amurallado, cuya función no era, exclusivamente militar”
Podemos definir que la muralla marcaba el límite entre la ciudad y el campo y servía como punto de referencia a la hora de fijar los límites de los privilegios que disfrutaban los vecinos de la urbe. Así como permitía el control de entrada y salida de géneros. Pero hay que decir que era la única manera de defenderse no solo de posibles ataques, como fue en primer lugar su función, sino también de las periódicas crecidas del Guadalquivir, e impedir que estas arrasasen la ciudad.
Las murallas seguían siendo la principal defensa contra el río, así lo pensaban los gobernantes en los años 1747 que las reparan y prohíben que se ejerza sobre ellas cualquier acción que pueda debilitarlas.
Siempre se ha considerado a la muralla como un elemento más para el uso defensivo que desde un punto de vista arquitectónica. Desde las primeras civilizaciones se han realizado fortalezas o muros para impedir la entrada de enemigos que pudieran atacar la ciudad. Con la conquista de los musulmanes a la ciudad visigoda de Sevilla, realizan una nueva construcción, como bien se menciona en el libro Sevilla. La ciudad de los cinco nombres.
“Seria Abd al-Rahmán II, y por causas del ataque vikingo, que la ciudad vio levantarse de nuevo unos lienzos defensivos al tiempo que aumentaba su recinto hacia la parte sur. Desde mediados del siglo IX hasta el siglo X las murallas no sólo ofrecían defensas frente a los mayus o normandos, sino que permitieron resistir a las tropas omeyas cordobesas. Por eso, vencida la resistencia, el emir Abd a-Rahmán ordenó derribar las murallas (913-914)”
Fue en la caída del califato, cuando los almorávides reconstruyen y refuerzan a muralla y posteriormente los almohades también la reconstruyeron y edifican una nueva planta. Consideraban necesaria esta muralla para resistir y más con la situación en la que se encontraban, debido a las guerras con los cristianos.

Civilizaciones en Sevilla
Tras la caída del Imperio Romano, en Sevilla habitaron visigodos, musulmanes y por último los cristianos, quienes reconquistaron la ciudad en 1248 tras un largo asedio que comenzó en 1247.
Con los visigodos la ciudad era igual que las demás, crearon un muro defensivo que dividía a la ciudad.
Con los musulmanes sin embargo se cambia tanto el comportamiento y la forma de vida de la ciudad como las construcciones, realizando mezquitas y zocos, así como la muralla, la forma de construcción de esta por los musulmanes, le dieron a la ciudad un punto de inflexión frente al intento de ataque de varias civilizaciones, también de las crecidas del rio, que era utilizado para el transporte de mercancías. La muralla se fue reconstruyendo con el tiempo incluso mejorando.
Con los cristianos, la muralla se mantuvo pues era útil y muy fiable. Pero al igual que con la llegada de los musulmanes con la llegada de los cristianos, la forma de vivir cambio. “La estructura musulmana previvio porque los materiales usados eran los adecuados. La muralla fue conservada por los nuevos señores que la restauraron en 1386 y 1420. El doble cinturón sirvió para marcar el límite de los privilegios que gozaban sus vecinos y para el control de las personas y productos que entraban”

Dentro de los muros de la ciudad residían tanto los privilegiados, que se distinguían entre la aristocracia laica y la aristocracia eclesiástica. Hay que decir que muchas mezquitas se derribaron y se construyeron iglesias, un ejemplo es la Iglesia del Salvador, donde anteriormente hubo una mezquita. Con el descubrimiento de América, Sevilla fue un punto crucial para el reino de España. También residían en la ciudad los artesanos, que mantenían sus funciones, los moriscos, así como los pobres y judíos. En las afueras residían los campesinos que trabajaban los campos alrededor de la ciudad.

Reconquista de Sevilla

Sevilla fue reconquistada en 1248, tras un asedio que comenzó en 1247 por el rey Fernando III el Santo. Conquistador de toda España como explica el epitafio de Alfonso X el Sabio.
“AQVI YAZE EL MUY ONDRAD O FERNANDO, SEÑOR DE CASTIELLA, E DE TOLEDO,E DE LEON, E DE GALICIA, DE SEVILLA, DE CORDOVA, DE MURCIA, DE IAHEN, EL QVE CONQVISSO TODA ESPAÑA, EL MAS LEAL, EL MAS VERDADER, EL MAS FRANCO, EL MAS GRANADO, EL MAS ZOFRIDO, EL MAS HOMILDOSO, EL QVE MAS TEMIE A DIOS, EL QVE MAS LE FACIE SERVICIO, EL QVE QVEBRANTO, E DESTRVYO A TODOS SUS ENEMIGOS, EL QVE ALZO, E ONDRO A TODOS SVS AMIGOS, E CONQVISTO LA CIVDAD DE SEVILLA, QVE ES CABEZA DE TODA ESPAÑA.”
Está escrito en hebreo, árabe, latín y castellano en la parte baja de la urna del Santo, en la Capilla Real de Sevilla.
Don Fernando nació en una España dividida en diferentes reinos, y no exenta de frecuentes disputas entre ellos. Y como la Castilla que heredó a la muerte de su tío, el rey Enrique I, era un polvorín de guerras internas entre nobles y concejos, a pesar del buen legado dejado pocos años antes por el rey Alfonso VIII.
En contraposición, se recordó que a partir del glorioso reinado de San Fernando, desaparecieron todo tipo de revueltas en Castilla, así como se alcanzaron acuerdos de paz y cooperación con el resto de reinos cristianos. De esta manera, el Reino de Castilla pudo dedicar todos sus esfuerzos, a los que se uniría el Reino de León en 1230 tras ser también heredado por Don Fernando, a la misión fundamental de reconquistar España.
A pesar de su prematura muerte, el reinado de San Fernando nos deja un legado impresionante. Reconquistó los Reinos de Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla. Dejó vasalla de Castilla a Granada. Cambió el latín por el castellano como lengua oficial del Reino. Revitalizó las artes y las ciencias, su hijo siempre reconoció que el Sabio no era él, sino que todo se lo debía a su padre, en arquitectura por ejemplo comienza bajo su gobierno la construcción de las catedrales de Burgos, Toledo, Sevilla y Jaén, así como numerosísimas iglesias, llamadas iglesias fernandinas. Ordenó y modernizó los fueros de las ciudades. Y sobre todo, con su aura de justicia, valor y santidad unió España como posiblemente nunca lo estuvo antes. Además de mantener el orden en Castilla, durante su reinado la paz la concordia fueron los rasgos predominantes en su relación con sus vecinos de Aragón, Navarra, Portugal o Francia. Y es que San Fernando nunca perdió una batalla, quizá por eso fue proclamado por el Papa Inocencio IV "Campeón invicto de Jesucristo"
Y es que Fernando III dedico su vida a Dios y a la guerra, reconquisto la ciudad de Córdoba en 1236, tras la gran labor de unos pocos almogávares, entre ellos el adalid Domingo Muñoz que posteriormente se convertirá en Alcayde de la ciudad. Sin embargo, Sevilla sufrió un asedio que finalizó en 1248. “El 23 de Noviembre, día de San Clemente, Capitulaciones para la entrega de la Ciudad. Tras quince meses de asedio, san Fernando toma posesión de la ciudad ocupando el Alcazar e izando en la torre su enseña. Entrega al Infante Don Alonso de Molina, su hermano, la torre del oro y a su hijo, el Infante Don Alfonso la Torre de la Plata.”
Tras el asedio, el último Rey moro de Sevilla, Axafat, entregaba las llaves de la ciudad al Rey de León y Castilla, poniéndose así fin a más de cinco siglos de dominio sarraceno sobre la vieja capital del Guadalquivir.
Hay que decir que el rey, siempre ofrecía una rendición pacifica pero si esta no se llegaba a realizar, usaría la fuerza.
Fernando para reconquistar Sevilla reunió en un Consejo a sus capitanes y a los maestres de las Órdenes Militares y decidieron dirigir sus esfuerzos hacia la ciudad de Sevilla, que tenía más de 7 kilómetros de murallas. Para tomarla tuvieron que ponerse de acuerdo con el rey de Aragón, Jaime I, y el rey de Granada, Alhamar, reino que había acordado ser feudo de Castilla tras la toma de Jaén, y se decidieron las fronteras con los reinos de Valencia y Murcia. Todo el invierno de 1246 Don Fernando lo pasa en Jaén, habiendo dejado en Alcalá de Guadaíra a Don Rodrigo Álvarez y en el Aljarafe al Maestre de la Orden de Santiago. Todo el verano lo dedica a hacer planes de guerra. Organiza un poderoso ejército, incomparable con cualquier otro de la Edad Media
El asedio de Sevilla por parte de las tropas cristianas comenzó el 24 agosto de 1247, momento en el que se corta el suministro de agua a la ciudad a través de los Caños de Carmona.
Había frecuentes salidas de la caballería musulmana de Sevilla que provocaban el aprovisionamiento de los sitiados y, además, vigilar las 24 horas del día una ciudad tan grande era muy complicado. La ciudad amurallada tenía más de 300 hectáreas, 7.400 metros de murallas, 12 puertas y tres postigos. Era la ciudad más grande que había cercado jamás un contingente cristiano, mucho más grande que grandes villas de la época como Toledo, Córdoba o Valencia. Por esto, pidió que se hicieran expediciones de castigo a la Orden de Santiago por el Aljarafe y las haciendas de la ribera del Guadalquivir, que aún no habían sido sometidas y abastecían a Sevilla con gran ayuda del puente de barcas. Además, desde ese puente podrían entrar suministros desde el Reino de Niebla.
La llegada a primeros de 1248 de Alfonso X el Sabio con Don Diego López de Haro, que venían de la reconquista de Murcia, con muchos hombres, caballos y milicias permitió a Fernando III estrechar el cerco y evitar el suministro de agua por los caños de Carmona.
Perdida toda esperanza de recibir ayuda de los almohades, Axataf y la conferencia de notables de la ciudad empezaron a plantearse la capitulación. Por ello, en octubre, plantearon una capitulación a Fernando III, que no aceptó y dijo que no aceptaría otra cosa salvo la rendición incondicional de la ciudad. El alfaquí Orías, que se encontraba en el Castillo de San Jorge, y los alcaldes de Triana piden permiso a Fernando para acceder a Sevilla y tratar la capitulación en la asamblea sevillana. Luego, se envió una comitiva a los castellanos para proponerles la entrega del Alcázar y las rentas de la ciudad, cosa que también Fernando negó. Unos días después vuelve la embajada mora y dicen que cederán, además del Alcázar, un tercio de la ciudad como señorío, y Fernando también se niega. Luego, vino una tercera propuesta, dividirían la ciudad con un muro y una mitad quedaría para los cristianos y la otra para los musulmanes, y aunque esta idea empezó a gustar a algunos del séquito de Fernando este se negó y dijo que la ciudad debía de quedar "libre et quita".

Finalmente los musulmanes tuvieron que aceptar las condiciones de Fernando, que eran:
- Que Sevilla había de ser entregada con todos sus edificios intactos
- Que sus vecinos debían evacuarla en un mes, que se les daría un salvoconducto para ir a Jerez y un transporte de 5 naves y 8 goletas para los que quisieran irse a África
- Que podrían vender sus casas y llevarse los enseres
La ciudad se rindió en noviembre de 1248. El 23 de noviembre se produjo la entrega de las llaves de la ciudad y se hizo marchar a los moros. La ciudad quedó vacía y fue llenada con emigraciones castellanas y las tierras fueron repartidas entre diversas órdenes militares. Axataf embarcó para Ceuta. El responsable de seguridad de la gran marcha de moros a Jerez fue el maestre de la Orden de Calatrava. El 23 de diciembre se produjo la entrada de Fernando III por la Puerta de los Goles, después llamada Puerta Real.