Nuevas conquistas y amplios territorios
León seguía destacando en la Península por la amplitud de sus territorios, pero además Fernando I los amplió con nuevas conquistas en el norte de Portugal y al este de Castilla, e incluso recuperó algunas comarcas castellanas que todavía estaban en manos pamplonesas.
El oro que recibía de las taifas le sirvieron para embellecer el reino con construcciones como la basílica de San Isidoro (cuyo cuerpo se trasladó desde Sevilla a León) y el Panteón de los Reyes.
Antes de morir
Fernando decidió dividir el reino entre sus tres hijos varones. Al primogénito, Sancho, le entregó Castilla, es decir, el condado que había recibido de su padre.
Al segundo, Alfonso, que según todas las crónicas era el hijo favorito, le concedió León, con el territorio más amplio y la capital del reino, lo que le situaba en una posición de preponderancia. Y al último hijo, García, le dio Galicia.
Con este reparto Castilla ascendía de condado a reino, si bien esta situación duraría apenas siete años.
División de reinos a la muerte de Fernando I. Autor: Ricardo Chao Prieto
Alfonso VI (1065-1109) y Urraca I (1109-1126)
Tras varios conflictos Sancho II se hizo con el control de los tres reinos en 1072, se coronó en León y desterró a sus hermanos. Pero su dicha duró poco, porque en octubre murió asesinado mientras asediaba Zamora, la ciudad que permanecía fiel a Alfonso VI.
A su muerte Alfonso regresó del destierro y fue reconocido como único rey por todos los nobles. García, muy impopular incluso entre sus súbditos gallegos, fue encarcelado de por vida.
Alfonso VI supo aprovechar muy bien las disensiones entre las taifas para lograr enfrentarlas, cobrarles parias e ir arrebatándoles territorio sin tener casi que arriesgar tropas.
Un súbdito que no supo comprender esta política fue Rodrigo Díaz, el Cid, cuyas torpezas y desaires al rey le valieron varios destierros a pesar de ser el principal militar de su época.
Mapa de los ataques almoravides a Alfonso VI. Autor: Ricardo Prieto Chao.
El principal logro de Alfonso VI fue la conquista de Toledo y toda su taifa en 1085. Este hecho provocó que los andalusíes llamaran en su ayuda al imperio almorávide. Los almorávides, integristas musulmanes subsaharianos que controlaba todo el norte y oeste de África, cruzaron el Estrecho y obligaron a replegarse a Alfonso, si bien fueron incapaces de recuperar Toledo.
El inédito reinado de una mujer en la Europa medieval
A pesar de sus cinco matrimonios y de sus relaciones extramaritales Alfonso VI no tuvo ningún hijo varón que le sobreviviera. Así, a su muerte (1109) le sucedió su hija
Urraca.
Hacía dos años que había quedado viuda al morir su marido, el noble francés Raimundo de Borgoña. Fruto de ese matrimonio tuvo dos hijos, Sancha y Alfonso: éste último llegaría a reinar como Alfonso VII de León.
Al reinar una mujer en solitario se dio una situación inédita en la Europa occidental medieval, por lo que los nobles del reino la convencieron para que se casara rápidamente con Alfonso I “el Batallador”, el rey de Aragón.
En el contrato matrimonial se estipulaba que en el caso de tener descendencia el hijo heredaría ambos reinos. Pero eso no ocurrió a pesar de la fertilidad de Urraca (que ya había tenido dos hijos del matrimonio anterior).
A Alfonso I no se le conoce ningún hijo legítimo o ilegítimo, y algunos cronistas insinúan que era homosexual. En cualquier caso el matrimonio acabó en desastre. Hubo malos tratos por parte del aragonés y guerras continuas entre los dos ex-esposos.
Alfonso I invadió Castilla. Logró mantenerla bajo su dominio hasta los tiempos del reinado de su hijastro, Alfonso VII.
Alfonso VII “el Emperador” (1126-1157)
Como ya se ha dicho, Alfonso era hijo de un anterior matrimonio de Urraca. A la muerte de su madre fue coronado en León como Alfonso VII, y rápidamente fue recuperando los territorios ocupados por los aragoneses.
También tuvo que hacer frente a las rebeliones de su tía Teresa, una hija bastarda de Alfonso VI que había sido nombrada condesa de Portucale (norte de Portugal).
Alfonso se casó en 1128 con Berenguela, hija del conde barcelonés Ramón Berenguer III, y hermana por tanto de Ramón Berenguer IV, el fundador de la corona de Aragón.
En 1135 se coronó emperador en la catedral románica de León, “puesto que el rey García, el rey de los musulmanes Zafadola, el conde Raimundo de Barcelona, el conde Alfonso de Tolosa y muchos condes y duques de Gascuña y Francia le obedecían en todo”, tal y como narra su Crónica.
Mapa de la la Península en la época de Alfonso VII el emperador. Autor: Ricardo Prieto Chao.
Pero Afonso Henriques, hijo de Teresa de Portucale, se mostraba cada vez más independiente, y aunque se reconoció vasallo de Alfonso VII, acabaría proclamando la
independencia de Portugal en 1139 (
), que le fue reconocida en el Tratado de Zamora de 1143.
Alfonso VII realizó una gran cantidad de conquistas: Coria, Ciudad Rodrigo, etc. Incluso con la ayuda de Zafadola tomó Córdoba y otras ciudades andalusíes. En 1147 logró conquistar Úbeda, Baeza y Almería.
Pero pronto perdió muchas de sus conquistas a manos de los almohades, otros musulmanes integristas del norte de África que estaban dispuestos a coger el relevo de los almorávides.
En 1155 decidió que a su muerte se repartiría el imperio entre sus dos hijos: Sancho III recibiría Castilla y Toledo, y Fernando II León y Galicia. Alfonso moría dos años después, en 1157.
Fernando II (1157-1188) y Alfonso IX (1188-1230)
Fernando II es de los reyes más desconocidos de la historia de España, a pesar de haber ostentado una clara hegemonía sobre el resto de territorios cristianos. Y es que a la muerte de su hermano Sancho en 1158 se convirtió en el tutor de su sobrino, Alfonso VIII.
También fue el tutor de Alfonso II de Aragón, con lo que Fernando se intituló “Rex Hispanorum” y “Rex Hispaniarum”, es decir, rey de los hispanos y de las Hispanias, aunque sin atreverse a usar el título imperial de su padre.
En su época el reino de León tuvo que hacer frente a tres enemigos: los almohades en el sur, los portugueses al oeste y, más tarde, los castellanos al este. Fernando tomó las principales ciudades de la actual Extremadura.
Pero fueron recuperadas por los musulmanes en la ofensiva de 1174. Aunque obtuvo importantes victorias frente a los almohades, el rey leonés no logró reconquistar Cáceres, que constituía la llave de Extremadura.
Mapa de la Península en tiempos de Fernando II y comienzos del reinado de Alfonso IX. Autor: Ricardo Prieto Chao.
El nacimiento del parlamentarismo
A su muerte su hijo Alfonso IX subió al trono tras algunas dificultades iniciales. En algún momento de ese mismo año convocó curia plena en el claustro de San Isidoro, en la capital del reino.
Interior del Panteón de los Reyes en la Basílica de San Isidoro de León
Por primera vez tenemos constancia de que acuden representantes del pueblo llano, elegidos por las ciudades, convirtiéndose así en las primeras cortes de la historia. La UNESCO ha reconocido este hecho otorgando a León el título de “Cuna del Parlamentarismo”. Es el precedente más antiguo del sistema parlamentario.
Las guerras con Portugal, Castilla e incluso Aragón fueron continuas. No dejaron margen de maniobra a Alfonso IX durante muchos años. Pero en los comienzos del siglo XIII pudo rehacerse.
Comenzó a centrarse en la recuperación de Extremadura. Si bien no logró hacerse con la ciudad de Cáceres hasta 1229, entre ese año y el siguiente tomó Badajoz y Mérida. Dejaba así libre el camino hacia Sevilla.
Pero en el mes de septiembre de 1230, cuando se estaba dirigiendo a Santiago de Compostela, se sintió repentinamente enfermo. Acabó muriendo en Sarria el día 24.
A pesar de los numerosos hijos bastardos que tuvo, complicó mucho su sucesión. Dejó como herederas del reino a sus hijas Sancha y Dulce.
En contra de su voluntad, y tras muchas dudas y luchas civiles, le acabó sucediendo su hijo Fernando III. Ya estaba gobernando en Castilla. Por eso se considera que en ese momento surge la Corona de Castilla.
Mapa de la Corona de Castilla en los siglos XIV y XV. Autor: Ricardo Chao Prieto
A pesar de ello León continuó teniendo sus propias instituciones y una gran autonomía. En su territorio siguió estando vigente el Libro de los Jueces o Fuero Juzgo. Las Cortes de León y de Castilla se reunieron por separado hasta mediados del siglo XIV.
El último rey de León
Todavía hubo un último rey de León, Juan I, hijo de Alfonso X el Sabio. Se intituló rey de León, Galicia y Sevilla desde 1296 a 1300. Emitió documentos y moneda, siendo reconocido como tal por los reyes de Portugal y de Aragón.
Gracias al profesor Ricardo Chao Prieto, de la página www.geografiainfinita.com
Página que siempre recomendaré por su excelente contenido junto con Mapas Milhaud
Para quien le pueda interesar:
http://rimpego.com/libros/92-histori...-reyes-de-leon
DEP León; gran reino, mejor región histórica ignorada junto con Castilla en pos de los diversos niños mimados de la península