Me ha parecido interesante, ya que los escaños se deciden por provincias, hacer una radiografía política de éstas a través de los datos del 27S. Empezaré por Lleida y Girona. En un principio, pueden parecer demarcaciones similares desde un punto de vista político; en ambas, la suma de JxSí y la CUP da un resultado muy parecido. En Lleida es de algo más del 63% y en Girona, de algo menos del 65%. Además, este voto se reparte de manera casi idéntica entre las dos candidaturas independentistas en ambas provincias: 55%-56% para JxSí y 8%-9% para las CUP.
Sin embargo, si analizamos en más profundidad los datos, podemos comprobar que hay notables diferencias en la distribución de ese voto entre una provincia y otra. Para empezar, porque en la de Lleida tiene un peso muy alto la capital (casi el 30% de votos emitidos en toda la provincia), mientras que en Girona se da un caso bastante distinto: su capital aglutinó menos del 13% del voto total de la provincia. No he hecho una comparación, pero creo que debe de ser una de las provincias del Estado donde hay un menor porcentaje de censo electoral concentrado en la capital. Vamos, un caso totalmente contrario al de provincias como Álava, Valladolid, Zaragoza, etc. donde una parte muy mayoritaria de las personas con derecho a voto de toda la provincia se concentra en la capital.
Por otra parte, aunque ya veíamos que el voto al independentismo es muy parecido entre ambas provincias, no es éste el caso si comparamos sus capitales. Mientras que en Girona ciudad, casi un 63% del voto fue a JxSí y la CUP (menos de dos puntos por debajo de la media provincial), en Lleida sólo fue de alrededor del 48% (más de 15 puntos por debajo). En otras palabras, mientras que la ciudad de Girona es un termómetro relativamente bueno del resultado de su provincia, el municipio de Lleida difiere mucho de la demarcación a la que pertenece.
Bien, si hemos visto que Lleida supone más o menos el 30% del voto global de la provincia, y que además, es bastante menos independentista que ésta, se supone que en el resto de la provincia (el 70% del censo), el independentismo tiene que arrasar para compensar su "debilidad" en la capital. Y así es: fuera de la capital, JxSí y la CUP sumaron aproximadamente el 70% del voto. Y es que estamos hablando de un territorio eminentemente rural; de hecho, sólo hay dos poblaciones que superen un censo electoral de 10,000 personas: Tàrrega y Balaguer. Y además, por los pelos: 10,592 personas con derecho a voto en la primera y 10,525 en la segunda. Después de estos dos municipios, hay un pequeño grupo de poblaciones con un censo relativamente elevado (La Seu D'Urgell, Mollerussa, Solsona, Cervera...), pero el resto se reparte en cientos de municipios con pocos votantes. En las poblaciones intermedias que he citado, el voto independentista se encuentra entre el 60%-75% de los votos, y lo supera en los municipios más pequeños. La única excepción puede ser la comarca de Aran (sólo un 31% de voto independentista), pero tiene poco peso demográfico y electoral, con un censo total de 7,000 votantes repartidos en 9 municipios.
En Girona, no obstante, la foto es bastante diferente. Aparte de la capital (que recordemos, tiene un porcentaje de independentismo similar al de la provincia, sólo algo más bajo), hay 8 municipios que superan un censo electoral de 10,000 personas, algunos de ellos ampliamente. Además, hay bastantes municipios que, sin llegar a los 10,000, tienen bastantes miles de votantes. Al contrario que en Lleida, donde las poblaciones medianas eran muy mayoritariamente independentistas, en Girona hay mucha más variedad. En la costa, Blanes y Lloret de Mar son un talón de aquiles para el independentismo: ronda el 40% en ambos municipios. Tampoco en Roses (45%) logra una mayoría de votos. Aunque también están situados a orillas del Mediterráneo, Sant Feliu de Guixols, Palafrugell y Palamós sí son mayoritariamente independentistas, en torno al 55%-60%. Tierra adentro, Salt y Figueres apoyan de manera tibia a los soberanistas: 55% y 52%, respectivamente. Es sólo en las poblaciones importantes del interior de la provincia y el Prepirineo donde es indisputable la victoria de JxSí y la CUP: 67% en Ripoll, 74% en Olot y un apabullante 82% en Banyoles. Las poblaciones más pequeñas, salvo escasísimas excepciones, son también feudo del independentismo.
En resumen, Lleida capital tiene bastante peso y vota mucho menos al independentismo que el resto de la provincia, que está compuesta por unas pocas poblaciones intermedias y muchos municipios rurales; en todos ellos, el independentismo arrasa. En Girona, sin embargo, la población está menos concentrada, habiendo varias poblaciones importantes aparte de la capital. Además, la ciudad vota de manera similar al conjunto de la demarcación, mientras que existen notables diferencias entre las poblaciones intermedias, en una clara división costa/interior.
De cara a mejorar en estas dos provincias (aunque tienen poco margen, ya que sus resultados ya fueron buenos en 2015), los independentistas deberían de seguir, a mi modo de ver, estrategias diferentes. En la provincia de Lleida tendrán que centrarse en la capital, porque tiene un peso importante por número de electores y, sobre todo, porque tienen margen de mejora. Además, en las zonas rurales, hay un porcentaje relativamente elevado de votantes de Unió (recordemos que fue la única provincia donde obtuvo más del 3%) que pueden ser susceptibles de ser atraídos por el independentismo. No creo que el voto de Unió en estas comarcas tan profundamente catalanistas se comporte igual que el voto que tenían, por ejemplo, en la Upper Diagonal (parte alta de BCN) y el independentismo debe aprovechar esto.
En cuanto a Girona, sin descuidar la movilización en la capital y sus feudos, el independentismo debe hacer hincapié en Figueres, Salt y en zonas costeras. Blanes, por ejemplo, tuvo casi un 13% de voto a CSQEP, parte del cual el independentismo debería tratar de captar.
Ahora voy a hacer lo mismo con la de Tarragona.
Tarragona tiene en común con Girona que su población está bastante repartida entre los distintos municipios; la capital sólo concentra en torno al 16% del censo electoral total. Sin embargo, al contrario que Girona (y más aún, que Lleida), en Tarragona se da la situación que no hay una única ciudad grande, sino dos. Aunque con menos votantes potenciales que la capital (70,000 frente a 90,000), Reus se alza como una especie de "contrapoder" frente a Tarragona (de hecho, creo que existe cierta rivalidad--si no es así, que algún local lo desmienta :P). Políticamente, ninguna de las dos ciudades tiene mayoría de voto independentista, aunque en Reus es bastante más alto que en TGN (45% contra 36%). De hecho, ésta es la capital de provincia menos independentista de las cuatro.
Aparte de estos dos municipios, los siguientes con un censo electoral más elevado son, a grandes líneas, bastante unionistas. En la franja costera de la provincia, turística e industrial, el independentismo es débil: El Vendrell (40%), Calafell (38%), Cambrils (42%), Salou (31%), Vila-seca (25%), Torredembarra (45%). De entre las poblaciones intermedias, sólo tiene implantación en Valls (61%) y en la zona de las tierras y el delta del Ebro: Tortosa (58%), Amposta (61%), Sant Carles de la Rápita (66%), Deltebre (69%).