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El Centro Nacional de INteligencia (CNI) ha admitido en declaraciones a este diario que en el año 2014 se mantuvo «un contacto» con el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, mientras este se encontraba preso en la cárcel de Castellón, «tal y como hicieron otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad dentro de los protocolos habituales».

La fuente de la institución consultada ha evitado asociar la función de «confidente» del CNI al imán, figura central de los atentados de Barcelona y Cambrils del pasado verano, al tiempo que ha indicado que la «visita» -en singular- se produjo debido a que el entonces preso «tenía relaciones con temas yihadistas».

El currículum penitenciario de Abdelbaki Es Satty es amplio, pero no ha estado en la cárcel por actividades vinculadas al terrorismo, sino por tráfico de personas y estupefacientes.

En 2003 fue condenado a seis meses de prisión por intentar introducir en España a un inmigrante ilegal con un pasaporte falsificado. Años después, en enero de 2010 Abdelbaki fue detenido por tratar de hacer entrar en España un cargamento de 120 kilos de hachís. Fue condenado a cuatro años de prisión. Cumplió condena en la cárcel de Castellón, donde logró tres permisos por «buena conducta». El juez, a petición del centro penitenciario, valoró positivamente que trabajara dentro de la cárcel.

Antes de su condena por tráfico de drogas, el marroquí Es Satty había sido imán de una mezquita en Vilanova (Barcelona). Pese a su paso por prisión y sus relaciones con la delincuencia común, nada le impidió volver a dirigir el rezo y ser un referente para la comunidad islámica, esta vez en Ripoll.