Se piensan que España es una sociedad mercantil.

Piensan que una nación, un ESTADO, puede ser como una sociedad de derecho privado entre particulares que se rompe cuando a uno de los socios le da la gana, se rescinde, se liquidan posibles deudas o se paga la cantidad que pueda estipular alguna claúsula y cada uno por su lado.

Ese principio, el principio de la autonomía de la voluntad, aplicado al Derecho Público llevaría a más feroz anarquía individual stirneriana, vamos a suponer que independizada Cataluña una barriada de moros decidiera declarar democráticamente el emirato de Qatarunhya, y luego una asociación de vecinos el Principado de Reus para montar un Estado Casino como Mónaco, otro jamado tomaría conciencia individual y declararía que su chalet está al margen de las leyes de la Generalitat..., eso en esencia lo que se plantea.

El problema, claro, es que la democracia y el igualitarismo llevan necesariamente a estos planteamientos, la ruptura de los principios de autoridad y jerarquía que nos mantenían a salvo de la anarquía sustituidos por la voluntad de poder primero de los pueblos, luego de la clase obrera y por último directamente de las TURBAS, tal es por cierto el deseo de la izquierda revolucionaria que ha hecho propósito de movilizar a esta turba multirracial y sexualmente degenerada contra OCCIDENTE.

Europa muere envenenada por OCLOCRACIA.



Los rojos en su insaciable afán subversivo se frotan las manos mientras ven como las naciones occidentales se desangran entre el separatismo y la lumpenización masiva, han hecho desaparecer del mapa político el concepto de

IMPERIVM , hoy desconocido, ese y no otro es problema.