Iniciado por
netzalus
Seguramente en muchas de mis frases peque de optimismo y en otras de parcialidad, pero supongo que son males menores por un derroche de imaginación de acuerdo al problema estipulado.
Tienes razón: las normas de la Naturaleza no se pueden inventar. Pero sí se pueden reformular los cánones de la civilización. Como, por ejemplo, considerar a los ancianos dignos de un retiro constante de las labores con respecto a la civilizacion que construyeron. De esa forma, los ancianos durante su período laboral no son consecuentes con lo que esperan encontrarse después de él, sino con lo que tienen que hacer para librarse de ésa pesada carga.
Paradójicamente, ésta tercera sociedad al apartar la dignidad de la jubilación, apartó una depresión que se produce a lo largo del ciclo capitalista.
Esos ancianos siguen siéndolo, y por tanto son conscientes tanto de la senectud a modo de desgaste físico como a modo de desgaste psicológico en forma de enfermedades neuronales. El primero suele ser una constante en todos los ancianos, pero el segundo no. De éste modo, se hace una criba en esos ancianos y los que pueden tener conciencia de sus experiencias vitales, entran en el ciclo educativo enseñando a los jóvenes e incentivando la labor social y humanística de la sociedad que han creado. Seguramente sean los verdaderos políticos, pero a nadie le importa la verdad, porque todos son políticos, son homo politicus. Tuvieron que serlo.
Al ser homo politicus, son diplomáticos, y pueden entender lo que es el capital humano y lo que es el excedente de capital humano, en forma de individuos no virtuosos para llevar a cabo alguna virtud. Éso es su ocio. La explotación de su lenguaje más allá de los paradigmas sociales. Un diferente sustrato de la realidad con el cual interaccionar.
Otros no lo harán. No se verán capaces. Y por tanto, procederán, de forma diplomática, a poner fin a sus vidas. Es otro símbolo de humanidad.
Incluso aparecerán alternativas en estas renuncias. La posibilidad del exilio, de la renuncia, en busca del ítem que redima su posición. Este hecho es un fractal de la sociedad capitalista: el pobre que busca algo entre las ruinas del vocabulario científico para crear un ítem que se considere rico y con lo cual deje de ser pobre.
El caso es que la no asimilación de los ancianos como un desecho de la sociedad, convierte el resto de la sociedad en congruente con ese pensamiento. Los jóvenes tienen más cuidado a la hora de emprender sus labores: calientan antes de realizar trabajos físicos, meditan antes de realizar trabajos mentales. Los adultos canalizan mejor su tiempo: viven en sociedad y logran traspasarse responsabilidades con sus coetáneos.
La sociedad funciona como una élite. Sin necesidad de una subélite dentro de ella, porque la sociedad es una entelequia de la palabra élite. Deben serlo para superar los problemas estipulados por otras sociedades y que las condenaron al fracaso.
No tienen amor por la comida, pero no por ello dejan de saborear. No tienen amor por las artes, pero no por ello dejan de practicarla. No tienen amor por sus coetáneos, por no por ello dejan de sentirlo.