¡Vamos a entrenar! Sueño extraño caótico.

  1. #1
    Venga, quiero ahorgarte. Avatar de Kanikuly
    Registro
    24 abr, 17
    Ubicación
    En la puta higuera.
    Mensajes
    6,471
    Me gusta (Dados)
    3582
    Me gusta (Recibidos)
    976

    ¡Vamos a entrenar! Sueño extraño caótico.

    Hola a todos/as:

    Os voy a contar un sueño extraño que he tenido. Fue la noche pasada y en este sueño se mezclan elementos relevantes del pasado y de la etapa de la vida en la cual me hallo ahora.

    Bien, empecemos. Estaba yo con un amigo de la adolescencia, A., que íbamos a entrenar a la pista de atletismo que hay junto enfrente de mi casa. Aparentemente íbamos a hacer guantes, pesas y correr. En este orden: correr, pesas y guantes. Yo, curiosamente, aparezco con mi bolsa del gimnasio con una guantilla azul más un guante de boxeo negro y un protector bucal en perfectas condiciones para uso.

    Pues bien, estábamos en una antigua tienda de videojuegos de mi pueblo que se llamaba Matshop y que ahora no es más que una tienda de colchones Flex, puesto que la tienda de videojuegos llamada Matshop ya había quebrado años atrás, concretamente, en el 2003 o así a mediados.

    Pues entra mi amigo a la tienda preguntando por un tal Joel, que era el dueño de la tienda.

    -Joel, hola, hola, ¿está Joel? ¿Hay alguien?-dijo A.

    -¡Sí, pasa A., estoy aquí!-dijo Joel.

    -Vengo con un amigo. ¿Te importa que entre? Es J.-dijo A.

    -No, no, tranquilo. Estoy dándome una sesión de terapia muscular.

    Curiosamente ni la tienda ni el lugar me sonaban familiares. El dueño de la susodicha tienda tenía electrodos por todas partes, pues le estaban aplicando una terapia llamada “terapia musculocardíaca” que consistía en fortalecer los músculos del cuerpo mediante electroestimulación sin dañar el corazón por dichas descargas.

    El dueño ni tan siquiera se parecía, pues la persona real tiene unos 40 años, es de constitución recia, alto y de cara rechoncha rara, mientras que aquel era todo lo contrario; pelo gris, cara delgada, mentón marcado, delgado tirando a definido y de altura media.

    Entonces mi amigo me preguntó lo siguiente:

    -J. Creo que deberías hacerte una terapia para ver cómo estás del corazón.-dijo A.

    -Me hicieron un ECG (Electrocardiograma) en el 2014 todo estaba bien incluyendo la tensión y los básicos (se refería a las constantes vitales.)-dije yo.

    -Ah. Vale, estupendo. ¿Vamos a la pista? Nos esperan estos.-dijo A.

    Llegamos a la pista de atletismo que resultó ser mi cochera; una especie de patio donde almacenaban bebidas y demás, pero que ahora no era ni más ni menos que un patio vacío sin nada que ocultar. Allí habían dos rumanos de estatura media y constitución fuerte que estaban haciendo guantes e intercambiando golpes con una velocidad brutal, prácticamente invisible e imperceptible a ojos del ser humano.

    -Hola J. y A. ¿Cómo estáis?-dijo uno de ellos.

    -¡Hola! Estoy bien. Voy a entrenar un poco con A.-dije yo.

    -Hola tío, ¿qué tal? ¿Cómo estás?-dijo A.

    -Aquí, aquí entrenando un poquito.-dijo el otro.

    Después me puse la guantilla azul, el bucal y el guante negro de boxeo y empecemos a hacer guantes. Tras un rato, de repente, aquellos decidieron parajódicamente ponerse a calentar cuando ya llevaban un buen tiempo intercambiando golpes, realizando esquivas y combinando técnicas.

    -Venga, vamos a calentar a la pista mayor.-sugirió uno de los rumanos.

    La pista mayor se refería a la pista de atletismo verdadera que está enfrente de mi casa donde hay un gimnasio de reducidas dimensiones en el que es frecuente ver material robado, o mejor dicho, no verlo jamás.

    Nos fuimos a la pista donde habían preparado una especie de circuito de Crossfit en el que había un tramo que te tenías que subir a una especie de “tren de la bruja” pero que era muy bajo e ibas casi recostado y sentado raro. Otra parte del circuito de Crossfit era esquivar conos como hacen los futbolistas, pero sin balón y la otra parte era el salto de longitud en el que tenías que saltar cuanto más lejos mejor.
    Recuerdo que mi amigo A. dio el primer salto y llegó bastante lejos mientras esgrimía una carismática carcajada de satisfacción típica de él. Recuerdo además que tenía todo el pelo y no tenía entradas con lo cual ubica su edad en un tiempo entre los 18 y 20 años cuando él era normal.

    Yo, en cambio, no recuerdo mi aspecto, pero sí que recuerdo sentirme bien y contento. Después de haber intentando saltar el salto de longitud, creo recordar que hice una distancia media mas no me acuerdo de cuánto, pero no me sentía decepcionado del todo. Después nos fuimos los 4 (cuatro), porque éramos 4 (cuatro) como ya se mencionó anteriormente y nos montamos en aquel tren raro.

    Ahora viene lo inverosímil. Cuando nos montamos, aquel tren empezó a moverse acelerando paulatinamente y lo que más me llamó la atención fue que durante el trayecto lo normal sería ver lo que había alrededor, pero al parecer aquel extraño tren hizo una especie de viaje astral en el que cuyo recorrido a ambos lados podías ver a chicas comiéndose un bocadillo y admirando a los jóvenes atletas a bordo de tan innovadora máquina.

    Yo miraba anonadado dichas féminas cuyo semblante me era del todo desconocido, pues parecían rondar entre los 20 y 25 años, es decir, eran morfológicamente normales. Recuerdo que durante el trayecto todos estábamos estupefactos por las vistas oníricamente surrealistas que veíamos a nuestro alrededor, pero lo más impactante fue el lugar donde dicha máquina nos transportaría; a un cajero automático de un edificio cuya función hoy en día me es aún desconocida; era una especie de institución educativa en la cual había un cajero automático justo al lado de la entrada.

    Aquellos y mi amigo se bajaron y lo impactante es lo que viene ahora. Me bajo de aquel tren y de repente, como si de un flashback se tratase, empiezo a ponerme a llorar diciendo lo siguiente:

    -¡Necesito un trabajo! Soy bueno y quiero que me reconozcan. Me lo merezco. Siempre lucho por mis sueños. Tengo que ayudar a mi familia.-sollozaba yo apoyado sobre aquel cajero.

    Recuerdo secarme las lágrimas y notar una dosis de positivismo y las puertas de aquella institución se abrieron ante mí y yo accedí sin pensármelo dos veces. Y ahí se acaba el sueño.

    Este sueño mezcla un poco la época de gimnasio con la época de ahora en un intento por evadirme de la realidad incierta que mi potencial suscita. No consigo averiguar el deseo interno de tan provocador sueño.

    Y bueno, ¿qué creéis que puede significar este sueño?

    Saludos.

    Kanikuly.

  2. #2
    ForoParalelo: Miembro Avatar de Soprano
    Registro
    06 nov, 17
    Ubicación
    Burundi
    Mensajes
    3,016
    Me gusta (Dados)
    627
    Me gusta (Recibidos)
    643
    Es lo que siempre cuentas. Sin novedad.

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •