como conoci a un pacheco

Sigo convencido de que la gente tiene nociones equivocadas de la mariguana porque no conocen a ningún pacheco. Lo mismo sucedía con los homosexuales. El camino para romper el tabú es el orgullo: definir tu propio plan de vida y crear tu propia moralidad es un acto de transgresión esencial.

En este año han pasado muchas cosas en el debate sobre las drogas. Se organizaron foros y conversatorios; se escribieron libros y artículos; se emitieron sentencias y declaraciones. En resumen, se inauguró una estación del tren del mame que rápidamente se pobló con todo tipo de personajes. Algunos me parecen más antipáticos —y peligrosos— que otros.

Los observadores son importantísimos cuando está gestándose un debate. Ellos son los que determinan quién va ganando o perdiendo la batalla ideológica. Pensar que solo son argumentos los que prevalecen es ingenuo. Los debates se ganan en ese momento y por aclamación del respetable.

Activistas de cóctel. A ellos les encantan los eventos y están preocupadísimos por mantener la integridad del lenguaje. Todavía recuerdo cuando uno de ellos me regañó amargamente por utilizar la palabra legalización en vez de regulación. No se dan cuenta de que ese lenguaje, abundante en eufemismos y léxico especializado, está confundiendo a los espectadores. Lo único que les importa es seguir cortando listones.

Abolicionistas de clóset. Conservo una entrañable amistad con jueces penales y funcionarios de la policía. Todos ellos están convencidos de que la prohibición tiene el único objetivo de producir los insumos y encarecer las sustancias para que lleguen a la frontera a buen precio. Los dividendos se los reparten entre narcos y autoridades. Las externalidades negativas se miden en muertos y las pagamos nosotros. Siguen cobrando su sueldo.

Prohibicionistas de clóset. Son los más peligrosos. Por una parte dicen que les parece horrible que se criminalice el consumo pero quieren debatir durante una década más los efectos del consumo de mariguana. Reconocer a estos personajes es muy sencillo: están obsesionados con la “reducción del daño” y repiten como mantra “la mariguana no es inocua”. Son famosos por encontrar reportes oscuros y estudios cuchareados. Lo que más les importa es mantener su trabajo como “expertos” y capitalizar el mercado de los conservadores moderados.

Libertarios. Estos bichos tienen opiniones horribles sobre casi todo. Defienden a los consorcios mineros, combaten el salario mínimo y trivializan la desigualdad. Sus benefactores son las grandes empresas que no quieren pagar impuestos. Como no son religiosos y “defienden la libertad”, no les queda de otra más que defender el derecho que tenemos de consumir aquello que podamos pagar sin dañar a terceros. Esta extraña convergencia de agendas me ha enseñado que puedes tener enemigos que son tus aliados.

En la esquina de mi casa hay una tienda que abre las 24 horas. Me venden todos los cigarros, pastelitos, café, cervezas y analgésicos que me dé la pinche gana consumir. Una farmacia en Prado Norte le vende Rivotril a los adolescentes de Bosques de las Lomas. Los vendedores de tamales tienen la peor hierba del mundo. Los que atienden en los baños te conectan coca. Vivimos en el mundo de la hipocresía y la esquizofrenia. Como siempre, la patología la padecemos nosotros y los dividendos se los reparten ellos.

Este es el debate más importante de nuestra generación y no podemos librarlo en este campo infértil y oscuro. Todos tenemos que salir del clóset. A los consumidores nos toca reivindicar nuestra libertad. Los productores y los gobiernos tienen que empezar a hablar con la verdad.

POS qui a été dandoselas d'une pute et attaché beaucoup et a déjà obtenu un proxénète avec BMW et allaient baiser demain
Et le TIA ne reste pas pour un menteur m'a demandé de Desvirge et j'ai eu à baiser
Je lui ai dit. Allez, mais je vais le mettre sur une couple de fois et sur
Et quand j'ai il m'a dit de venir courir si j'ai la règle et j'ai couru à l'intérieur
Fuck que Happy a mis