Bienamados chabules ávidos de la tercera entrega del relato ácido, aquí os traigo la parte más intensa y fantástica. La que podría considerarse 'el viaje lisérgico' en todo su esplendor. Me he demorado un poco al escribirla porque no quería obviar ningún detalle. Os prometo que no me he censurado en absoluto ni he escatimado en nada, de hecho me interesa que el relato incluya todas y cada una de las sensaciones... así podrí incluir toda la historia en mi próximo libro, que mayormente va de experiencias de la vida y tal.
TERCERA PARTE - Vibraciones positivas, sinestesia y fin de fiesta en la morada de los dioses lisérgicos.
Vibraciones positivas...
Me fui de casa de mi colega el Pollantonio habiéndole dejado el cuartito de tripi que me quedaba. Él me estuvo rayando con que si lo de las setas era mejor y bla bla blá
pero vamos, que cuando me dijo hace ya algunos meses que había probado las setas lo único que me supo contar al respecto era que se las había comido en tortilla, que había visto el espejo de su recibidor deshaciéndose en plan daliniano y que tomándose una cocacola se le pasarían los efectos
. Pffff, menuda chufa
ni punto de comparación con lo que llevaba yo sintiendo desde el primer contacto con las alucinaciones. La primera visión, la de la carretera bajo el puente que se movía como si fueran las olas del mar, me cayó como un susto de esos de las pelis de miedo en el que todo está tan normal y de repente se escucha un 'chan-chán' de violines para dar paso a una imagen sobrecogedora. Así me sentí, el primer momento en que supe que el tripi había hecho efecto fue como un sustazo... pero desde entonces todo se me había hecho cómodo, agradable y sobre todo muy sencillo.
La carretera bajo el puente, a la luz del día.
Había dejado al @
Landser en su casa y me disponía a volver a la mía. En la radio acababa de sonar Danny says de los Ramones y me dio por buscar algún otro disco que siguiera dándome buen rollo. Recibir buen rollo me parecía esencial. Pensé buscar algún disco de los doors pero los tenía en otro pendrive, me dio palo cambiar el que tenía puesto, por eso de no despistarme ni apartar la vista de la carretera, así que fui buscando entre los discos del pendrive que tenía puesto. No encontraba nada agradable, todo era tralla malaya en plan Anticimex, Varukers, Napalm Death, Sex pistols, etc. Como la de los Ramones estaba a punto de terminar y no quería seguir escuchándolos pillé la primera canción suelta que encontré en la carpeta, esta era "Stop that train" de Keith and tex, un rocksteady de esos de los buenos. Joder, me sentó de puta madre... Seguía conduciendo de camino a casa por la carretera ondulante con rotondas achatadas y entonces me di cuenta que lo suyo sería poner Bob Marley. Tenía cuatro discos de Marley en el pen, escogí el 'Rastaman vibration', me pareció que sería buena elección... y vaya si lo fue porque entonces se produjo el efecto ese que le llaman sinestesia. El cuerpo me irradiaba mucho calor, estaba deseando llegar a casa para quitarme las bambas y los calcetines.
En el concierto repartían este flayer y me acordé de @
Celebrian y @
Cofete Vi que ponían de cabezas de cartel a SKA-P y flipé
Lo bueno es que al lado pone en catalán "Único concierto en Cataluña" y yo para mis adentros pensé 'Y menos mal'
Efecto sinestésico, canales de música como cintas de regaliz...
Acababa de llegar a mi barrio, satisfecho al poder dejar el coche ya sin haberme encontrado ningún contratiempo por el camino, y justo cuando me disponía a aparcar la canción 'Rastaman vibration' comenzó a sonar en mi cabeza en plan DUB (versión modificada, típica del reggae, donde se cambia la intensidad del bajo o el eco de la voz en una canción). La voz de Bob Marley parecía emerger de una cueva y se iba disipando con eco, la vi salir del altavoz como si fuese una ráfaga de aire y, a lado y lado de la ráfaga de voz, emergían dos cintas de color rojo, como si fueran serpentinas o tiras de regaliz que venían hacia mí, ondulándose al ritmo de cada sonido; por un lado, el izquierdo, se escuchaba la línea de bajo muy potente, descuadrada con respecto a la de la sección de vientos que se escuchaba por la serpentina de la derecha, y totalmente desacompasada con la batería. Parecía como si la música se hubiese fraccionado por canales y se hubiesen convertido, materializándose, en soplos de viento compactos que la transportaban dividida en cuatro secciones distintas. El efecto de la sinestesia duró poco porque en cuanto pude dejar el coche aparcado y abrí la puerta la radio se apagó. Salí a la calle y todo seguía antojándose favorable, cálido y acogedor. Estaba muy contento, por haber llegado sano y salvo más que nada. De camino hacia mi casa caminé por un entorno prácticamente lunar, siendo las dos de la mañana había un resplandor azul tenue que iluminaba todo mi campo de visión. Caminar me resultaba cómodo, avanzar me resultaba fácil, al pasar junto a unos matorrales me pareció escuchar el croar de unas ranas, lo cual me dejó extrañado porque en aquel montículo con césped no debía de haber ningún charco aunque las bocas de riego estaban encendidas, lanzando sus chorros en dirección hacia unos parterres de hierba de un verde muy intenso y brillante
Entonces llego a mi casa, activando el modo sigiloso...
Al entrar en el portal me percaté que todavía tenía para rato. Las dimensiones de la portería se habían reducido, lo mismo que sucedía con el habitáculo de mi coche. Me vino el regusto ácido otra vez a la boca. Durante toda la noche, sobre todo al final del concierto de Poison Idea, había comenzado a notar que parte del lado izquierdo de mi dentadura, allí donde están las muelas, se me había quedado dormido tal como cuando te ponen anestesia en el dentista. Acompañando la sensación de anestesia estaba también el regusto ácido, pero no a ácido de limón o de lenguas ácidas de gominola... me recordaba mucho al sabor que te dejaban las pilas de 9v cuando las chupabas. Sí, precisamente el otro día estuvimos hablando de ello en el curro, lo de chupar las pilas cuadradas para sentir el hormigueo en la lengua. Ninguna de las tías lo había hecho o había oído hablar de ello; los tíos en cambio lo habíamos hecho todos
Era típico de los chavales de los '80, no sé si todavía se siguen fabricando ese tipo de pilas... eso era antes de que existieran las pequeñas, las triple A.
Total, que fui a meter la llave en la cerradura y, aunque no me costó demasiado, la llave se percibía blanda. Pensé que debía ser muy cauto para no hacer ruido y despertar a las chicas. Olía a tabaco, porque la peña en el local de conciertos no se cortan en fumar dentro, así que decidí irme directo a la ducha para pegarme un regaderaso
lavarme los dientes y ponerme desodorante. Lo primero que hice fue quitarme las bambas, que cocían como su puta madre, los calcetines y luego el resto de la ropa. Me quedé en pelotas, lo dejé todo para lavar en el cubo de la ropa sucia y me metí en la ducha. Al pasar por el espejo no quise mirarme, comenzaba a ver las sombras de las cosas como muy oscuras y muy pronunciadas. Temí verme demigrado así que me fui directo a ducharme. La ducha también era un espacio muy reducido pero no tuve problema alguno. En cuanto a las sensaciones, todo correcto; el agua bien, la toalla igual, el olor del champú agradable... Me lavé los dientes y me puse el desodorante, prueba superada
Las hadas llevan botas, tienes que creerme...
Me metí en la cama, con una sensación de frescor muy agradable, y solo me puse los pantalones cortos del pijama. Iba a lo comando, sin gallumbos, tampoco me puse la camiseta porque estaba un poco sofocado de calor. Me acerqué a mi mujer para darle un beso, se lo di en el hombro porque estaba acostada hacia el lado derecho de la cama. Me dijo que me quería y me preguntó si acababa de llegar. Le dije que me había duchado porque apestaba a tabaco y ella me dijo que procurase no hacer ruido cuando fuera a ducharme. Estaba muy dormida, no se había enterado. Volví a decirle que ya me había duchado, que no se había dado cuenta; me dijo 'ah' y siguió durmiendo. Entonces mi hija nos llamó, fui a su habitación y le pregunté qué le pasaba. Me dijo que necesitaba ir a hacer pis; yo me presté a sacarla en brazos de la cama y la llevé hasta el cuarto de baño. Una vez allí ella se sentó en el váter y yo me puse a su lado. Muy contenta y sonriente me soltó: '¡Qué bien, has venido!' Coloqué una alfombra de baño bajo sus pies y me dio las gracias. Yo me arrodillé junto a ella en plan gato, muy feliz, y le acaricié el pelo con la mejilla; le di un beso. Le veía los ojos muy grandes y la sonrisa muy amable y cariñosa. Me recordaba a un duendecillo y me hacía reír como un tontaina.
Cuando terminó de hacer pis le acerqué un papel para que se secase y al bajarse del váter me dio la sensación otra vez de que era como un duende simpático, tenía las piernas corticas y se movía con un gracejo similar al de dichos seres. Se fue a la cama ella sola; yo la acompañé para arroparla y volví a darle un beso. De camino a mi cama pensaba en su pinta de duendecillo del bosque, me hizo recordar la canción "fairies wear boots" de Black sabbath. Me metí en el sobre satisfecho, todo había ido bien al fin y al cabo y aún me sentía muy feliz.
Sin embargo la cosa no acababa ahí, sino que en realidad iba a comenzar en aquel preciso instante...
Revelación en la morada de los dioses lisérgicos...
Me metí en la cama, tumbado boca arriba, y en la oscuridad de la habitación comenzó el festival. Tanto el colchón como la almohada estaban mullidísimos y ultra confortables. Escuchaba a mi gato respirar. Coloqué los pies sobre un cojín con forma de gato que solemos tener en el borde inferior de la cama, estaba comodísimo
, blando como si fuese de silicona. De entre la oscuridad emergían ahora fuegos artificiales. Diría que en la oscuridad había como un agujero negro, como si fuese un vórtice o el ojo de un huracán, del que salían todas la alucinaciones. Sobre el fondo oscuro se veían las imágenes de colores fluorescentes. No estaban coloreadas por dentro, eran como los carteles de neón de los clubes de alterne para que me entendáis. Por ejemplo, si veía una calavera que se deshacía ésta estaba dibujada sobre el fondo negro, únicamente apreciaba el contorno que estaba hecho con una mezcla de rojo y verde fluorescente. Los colores que más predominaban eran la mezcla del naranja y el verde, rojo y verde, luego amarillos fluorescentes y azules fosforescentes similares al color azul de una llama de gas. Junto con el contorno perfilado seguía viendo el halo tipo 3D del que os hablaba en la parte anterior de este relato. Pues bien, para empezar comenzaron a salir disparados fuegos artificiales tipo palmera, de los que estallan expulsando otros hilos de color fosforescente, predominantemente eran naranjas. También escuchaba los estallidos, pero no eran molestos.
Aquello era como una fiesta solo para mí. Entonces comenzaron a hablarme lo que yo quise interpretar como que eran los dioses lisérgicos, me preguntaban con voz celestial, ya sabéis, voz firme, potente y con efecto de reverberación:
- ¿QUÉ HACES AQUÍ?
-Quería saber qué se siente... -Les contestaba respondiéndoles para mis adentros.
- ¿NO TIENES YA TODO LO QUE QUERÍAS?
-Sí, lo tengo.
Entonces, del vórtice empezó a salir disparada, igual que los petardos, la figura de un guerrero nórdico o vikingo, con casco y barba, similar al que aparece en la portada del Blood and Honour de Skrewdriver. Salía disparado hacia arriba, cargando con el hombro unas veces o espada en mano otras... me recordaba a uno de los vikingos del vídeojuego "the lost vikings".
-ERES FELIZ
-Sí, lo soy.
-TIENES UNA MUJER MARAVILLOSA
-Sí, es cierto.
-CUÍDALA.
-Lo haré.
Entonces vi una imagen de mi mujer en pequeño, con contorno amarillo fluorescente y relleno en color blanco brillante. Tenía las rodillas levantadas y del chumino le estallaba con un chorro descomunal, grande como una cascada y con la potencia de una boca de incendios, que venía a simular un orgasmo ciclopeo y brutal o algo.
-TU HIJA ES UN SER MARAVILLOSO.
-Sí, es cierto.
-CUÍDALA.
-Sí, lo haré. Lo prometo.
-LO QUE MÁS IMPORTA SON ELLAS. CUÍDALAS.
-Lo haré.
Luego apareció una imagen similar a la anterior, esta vez era yo en pequeño, con contorno azul fluorescente y relleno en color blanco brillante. Me estallaba también un chorro descomunal de la polla. Lo mismo de antes, grande como una cascada y con la potencia de una boca de incendios. También tenía la sensación que simulaba un orgasmo a lo bestia.
- ¿A QUÉ HAS VENIDO?
-Quería saber qué se sentía.
-PUES AHORA YA LO SABES.
-Sí, ahora ya sé lo que se siente.
Servir y proteger...
A continuación comenzaron a aparecer avatares de Foroparalelo, vi en un cuadradito el avatar del homer fornido y con gafas de @
agil. Luego vi la imagen, dentro de un rectángulo como si fuese un jpg sobre fondo negro, de una chica morena con un culo gordo. Muy propias obviamente del susodicho. Luego vi el gato KOT de @
DaNxMaKiNa; luego el mr. proper neonazi de @
Adolf Effemberg... no recuerdo ahora mismo si vi alguno más pero el rollo forero se cortó cuando los dioses lisérgicos me dieron la revelación que debían darme:
-LA TAREA QUE TE HA SIDO ENCOMENDADA ES LA DE SERVIR Y PROTEGER.
'Servir y proteger', como lo de 'To protect and to serve' que era el lema que aparecía escrito en el coche de Robocop. Mi peli preferida. Se me apareció una imagen de la cara y parte del busto de Robocop, en colores naranjas y verdes que perfilaban el contorno. Robocop sonreía. Le vi un par de veces.
-SERVIR Y PROTEGER.
-Servir y proteger.
-CUÍDALAS. LO DEMÁS NO IMPORTA.
-Lo haré.
- ¿LO PROMETES?
-Lo prometo.
Una batería de guerreros vikingos de colores amarillo, verdes y azules iban disparándose desde el interior del agujero como si los estuviesen ametrallando; vamos, precisamente como una batería de cohetes de esas que se ponen en el suelo y van lanzando tiros sin parar.
-SERVIR Y PROTEGER
-Servir y proteger.
-PROMETE QUE NO VOLVERÁS A VENIR
-Lo prometo.
- ¿LO PROMETES?
-Sí, lo prometo.
-SERVIR Y PROTEGER.
-Servir y proteger.
-ERES UN HOMBRE APUESTO. VALIENTE.
-Sí, lo soy.
-CUANDO ERAS JOVEN TENÍAS MIEDO. ERAS DÉBIL.
-Es verdad.
-PERO AHORA ERES FUERTE. VALIENTE.
-Es verdad.
-PROTECTOR
-Sí, lo soy.
-SERVIR Y PROTEGER
-Servir y proteger
Por último, y consciente de que había pasado ya casi toda la noche, los vikingos seguían disparándose junto con los fuegos artificiales. En mi cabeza sonaban sin cesar las aspas de un helicóptero haciendo ZACA ZACA ZACA ZACA ZACA a la vez que sonaban otros dos o tres ruidos psicodélicos, zumbidos en plan BZZ BZZ BZZ BZZ y un redoble que hacía TRR TRR TRR TRR. Todo esto daba paso a nuevas imágenes, ahora un poco más tétricas, donde veía calaveras rojas y verdes que se deshacían como si estuviesen hechas de cera y fuesen una vela derritiéndose. Luego vi otra calavera, que parecía una aparición, con brazos purulentos que le salían de los laterales del craneo. Parecía un poco como Venom de Spiderman. Por último, y previo al fin de fiesta, se me reveló una trama que suelo ver en la oscuridad, que es como si fuese una cortina de burbujas blancas que veo desplazarse en ángulo. Veo dicha trama desde que era un crío y nunca había sabido qué es lo que era. Mi madre me había dicho que eran rayos de luna (ejem) y yo creía que era algún tipo de efecto óptico de la cornea producido por la miopía o algo. Total, que la trama de burbujas blancas se convertían en las cuencas de los ojos de unos cráneos que eran como de Skeletor o algo de ese palo.
-TU MUJER ES MARAVILLOSA -Me dijo nuevamente la voz. Entonces la intuí a ella a mi lado, dándome la espalda y a la vez el culo. Imaginé su culo, hinchándose y poniéndose muy gordo, muy sexual. Me imaginé a mí mismo, tumbado boca arriba y con el culo de mi mujer gigante sobre mí. Sacaba mi lengua dirigiéndola hacia su ojete... Entonces el culo me absorbía y al otro lado volvía a estar sobre la cama, con el culazo acechando mi lascivia desde el cielo, y yo volvía a estirar la lengua para meterla nuevamente por el ojete. Me pregunté si tendría olfato suficiente si se le escapaba un pedo. Pensé que mi sentidos se deleitarían si al levantar la sábana, junto a su culo, me venía el olor de uno de sus pedos. Creí sentir la fetidez en mis fosas nasales pero se trataba de una sensación cerebral. No estaba sucediendo. Entonces acerqué la almohada hasta su culo de manera que si se le escapaba un cuescazo, pensaba yo, me vendría todo el olor y me inundaría de un inmenso placer nunca antes conocido por mis sentidos. Así lo hice, pero el cuesco nunca llegó. Pensé también en mi polla, pero ésta estaba completamente flácida y chiclosa. Lo nunca visto. Me la cogí con la mano y me pareció estar agarrando un tubo de goma. De cintura para abajo, hasta los dedos de los pies, estaba completamente anestesiado. En mi cabeza sonaban ahora el estruendo de varios pedos puntuales, imaginarios desde luego.
-EL PEDO DE TU MUJER ES EL FINAL DEL VIAJE.
-Sí, es el final del viaje.
-SERVIR Y PROTEGER.
-Servir y proteger.
-LA QUIERES
-La quiero.
-EL PEDO DE TU MUJER ES EL FINAL DEL VIAJE.
-Sí, es el final del viaje.
-NUNCA LE HARÁS DAÑO.
-No.
-SERVIR Y PROTEGER...
Finalmente, las imágenes de mi mujer dieron paso de nuevo a las calaveras que se derretían y por último, cuando comenzaba a ser consciente de que me había pasado toda la noche sin pegar ojo y que era ya casi la hora de que mi parienta se levantase para trabajar, apareció un galeón de cristal en la oscuridad de mi fantasía. Sí, un barco como el del final de la película de los Goonies, completamente de cristal, tal como dicen los Doors en la canción "Crystal ship". El barco, que estaba viendo de lado, viró en dirección a la oscuridad del fondo, alejándose hacia el horizonte invisible. Cada vértice de los másteles o del contorno de las velas brillaba como una copa de cristal de bohemia.
Entonces sonó el despertador del móvil de mi mujer. Cogió el móvil y lo guardó bajo la almohada para seguir durmiendo un poco más. Yo me quedé escuchando su respiración, todavía era capaz de ver la popa del velero alejándose hacia el infinito. La alarma del teléfono volvió a sonar otra vez. La vi incorporarse para irse a la ducha. 'Qué culo tan maravilloso tiene', pensé... y me quedé en la cama hasta que comencé a escuchar cómo corría el agua de la ducha.
-Servir y proteger -Recordé, y entonces me levanté para hacerle el desayuno. Le dejé un bocadillo de jamón envuelto en papel de aluminio sobre el mármol de la cocina. Parecía que todo estaba bien y que ya no sentía ni el suelo mullido ni las deformaciones de tiempo o espacio. Me metí en la cama de nuevo al terminar. Ella salió de la ducha, se vistió y una vez hubo pasado por la cocina se asomó luego a la habitación para comprobar si yo estaba despierto. Me hice el dormido falsamente, pero no se dio ni cuenta porque la habitación seguía a oscuras.
Lo que viene a continuación es el día del bajón. La bajona no perdona, dicen...
Continuará 3/4
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