Iniciado por
Tanchus
Te lo cuento de primera mano: En su día dejé a una chica con la que salía y empecé a salir con otra. No se lo tomó muy bien, pero me traía sin cuidado... al menos hasta que un día coincidimos en un bar, le di los buenos días y ella me respondió que "qué tal me iba con la puta de mi nueva novia". Así, tal cual. Yo, con los ojos como platos, sólo atiné a contestar que ella no le había hecho nada, y que no creía que tuviese que insultar a nadie, pero que, de tener que hacerlo, me insultase a mí porque la culpa la tenía yo.
Ella entonces empezó a dedicarle una serie de cariñosos epítetos a mis padres, y yo ya me fui calentando y le solté una contestación (reconozco que buscando hacer el mayor daño posible; algo del estilo de lo a gusto que estaba ahora que ya no tenía que aguantar a una puta loca)... y la respuesta de ella fue soltarme un guantazo. Yo me quedé sin saber cómo reaccionar; ojiplático. Volví a decirle que estaba mal de la cabeza; volvió a darme otro guantazo. Ahí ya fue cuando le dije que si volvía a abofetearme por tercera vez no iba a dudar en devolvérsela... Y volvió a abofetearme.
De la bofetada que le di, la tiré al suelo. Y fue entonces cuando, ¡oh, milagro!, toda esa gente que, al parecer, hasta ese momento no había visto ni oído nada (os recuerdo que estábamos en un bar) reaccionó y vino a separarnos. Se ve que hasta entonces no lo habían creído necesario, supongo que porque pensarían que un hombre debe aguantar estoicamente que una mujer le cruce la cara.
El caso es que ahí se quedó la cosa... o eso creía yo, porque al poco me llegó la denuncia, con parte de lesiones incluido.
Por acortar la historia, tuvimos juicio y nos condenaron a los dos, pero eso sí, a mí me cayó mayor condena que a ella, por supuesto.