Si Bruce Lee, figura reverenciada de mi adolescencia por su total falta de similitud conmigo, no hubiese muerto precoz ¿ en qué se habría transformado con el tiempo?. Su tabla de valores era:
1º ser invencible
2º ser invencible
3º ser invencible
Muchos suponen que murió de sobreentreno. Dado que la primera parte de la vida es la única con posibilidades físicas reales, queda claro que si no se hubiese exprimido así mismo hasta el paroxismo habría tenido que tomar otro camino profesional. Podemos especular que quizás tal vez se hubiera hecho entrenador de otros o, dado su carácter mediático y sus estudios, filósofo de libros de autoayuda...
En líneas generales, muchos de los que llevan su arte o su ciencia al límite suelen ser víctimas del infortunio de la radicalización. ¿ Significa ésto que todos los caminos llevan a Roma?. ¿ Confluye todo en un punto límite?. Las letras de las canciones de los buenos cantautores se hacen más profundas con el tiempo. Empiezan dicendo cosas sencillas y acaban con cuestiones más complejas y, hasta cierto punto, rimbombantes.
Los buenos filósofos siempre han sido malos para cualquier cosa que no fuera la filosofía. Malos de cojones. La maldición de un buen pensador es la de estar demasiado pronto cercano a Dios. ¿ Pero qué hacer entonces?. Para un bruto es fácil sacarse punta. Pero para alguien que ya posee agudeza en el pensamiento, la única progresión más allá parece ser el romperse.
Hay algo más que humildad o que autocomplacencia de lamerse las heridas en la frase " mi reino no es de éste mundo". Tal es el asco que los buenos pensadores le tienen a la posible bondad de su pensamiento que se apresuran a declararse poseídos de alguna naturaleza mesiánica e iluminadora.
Los artistas son un ejemplo rápido de éste fenómeno de la necesidad de lograr parcela en el reino no tan de los cielos. Beethoven dijo en cierta ocasión:
"La música es el vino que inspira nuevas creaciones y yo soy Baco que prensa este delicioso vino para los hombres y los embriaga espiritualmente"
Yo supongo que hay algo darwiniano detrás de todo ésto. Una especie de principio de conservación de la psique. Si un pensador fuese realmente humilde ( y no un puto soberbio) dejaría de lograr las cosas necesarias para el natural solazamiento del ser. Por lo que la nobleza sólo puede esperarse de la gente fuerte y nunca, en modo alguno, de la verdaderamente inteligente. Pedirle bondad a un verdadero inteligente es decirle que además de balar como una oveja, e ir a cuatro patas, deba de renunciar a la caña de lomo que se compra con su sueldazo para ingerir las harinas con las que alimentan a los bueyes que faenan.
En base al principio de conservación de la maldad, parece explicado porqué el mundo es en último término un lugar miserable: No podría ser de otro modo. Ya que es su verdadera condición " genética". Habría unos genes de la realidad. Y en ellos va impresa la orden:
" sufrirás y generarás dolor".
Aquellos que se lo toman en serio, tienen posibilidad de progresar en alguna faceta. Ya sea física o intelectual. El resto no.
Yo prefiero a una persona que revienta, aunque se lleve a muchos por delante, a una que - sin ulterior plan a un posible fingimiento- se pretenda reinventar más allá de un límite razonable de veces. Es decir: una vez descubierto tu delirio, sea o no tu capacidad, debe ser llevado hasta sus últimas consecuencias. Aunque el cuerpo ya no aguante o la mente se salga de madre.
Sólo las personas radicales en tal sentido han cambiado la realidad. Hitler fue brutal. Pero más brutal habría sido sin él. Incluso los hijos de perra modifican la realidad. El peor pecado es la no-modificación.
Perder por ganar es la idea más lógica que uno puede tener en la cabeza. Pero nos educan para ganar por perder. Llevar a cabo una serie determinada de sacrificios y gambitos insoportables con tal de avanzar... 1 casilla.
No se puede vivir de likes. La moda actual.
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