De verjas y puertas

Al mismo tiempo que se pone de moda saltar verjas o vallas ( migroides ilegales) se populariza cada vez más la okupación. Ya se ha publicado el manual para abrir puertas y cómo torear a vecinos, dueños, policía y jueces.

Yo me descojono de risa con el movimiento okupa. Derecho a techo, argumentan. Una mierda. Derecho a trabajar. Y si como el menda que escribe, ya no quieres el puto sistema, a la intemperie bien okupada ( alarmas detectoras de intrusos en la zona en plan vietnamita improvisada con materiales de la basura, palo-linterna-navaja, perrito el que lo tenga - mejor de presa-, consabida oración al angelito de la guarda etc).

Me provoca escepticismo la gente que peta contra el sistema pero lo usa. Ya bastante indignado conmigo mismo me siento por limosnear más que robar o cazar ( que serían las formas más correctas). La carpa de río es mejor que el salchichón revenido de convento. El litro de leche mangado por la mañana sabe mejor que las sucesivas dosis de cafés baratos de los altruistas en plazas públicas.

Soy un puto homeless que cree en la propiedad privada. Aunque no rezo a Papá Corte Inglés ( nunca lo hice) y me sentí liberado cuando decidí no usar calzoncillos, jeje. El dinero y los cojones son para las ocasiones. Os asombraría la cantidad de sintecho obsesos del dinero que hay. Como dijo Kiyosaki: exceso de ambición repele a fortuna. Cash is only trash.

Todavía hay idiotas que prefieren alcohol, luces y peleas en Babilonia a tirar millas y pernoctar por esos andurriales de Dios. Que debidamente planificados, son acampada sin problemas. No es de extrañar que en Andalucía ( la pija imparable) la pernoctación en zona de costa sea ilegal y la GC te largue de la playa... Te obligan a vivir en gallineros ( casas) y la gente dice: " oh, bueno, lo primero es un techo". Los cojones. He dormido en la naturaleza mucho mejor que en casas ricas de pijos ( con vecindarios en los que por la mañana se podía oler a porro a cientos de metros en cualquier dirección).

Santa pobreza que te recupera el sentido de la métrica y la imaginación. Lo lamentable de tanto " derecho a" no es que pidan cosas básicas sin dar un palo al agua ( que ya lo sería) sino que tienen puestas sus miras al infinito y más allá.

La diferencia entre rata y humano es que la primera hace mucho ruido durante un instante y luego se queda quieta por la cuenta que le trae. El segundo ofrece un patrón de sonido más suave ( intenta pasar despercibido) pero más contínuo ( no es capaz de congelarse quieto). El patrón de sonido de un lugar es lo primero que aprendes. A distinguir lo que es normal y su causa de lo que no es habitual. Incluso el descanso funciona como el sexo. Silvestre es mejor.

El que quiera vida libre que apechugue con la incertidumbre o, si quiere seguridad, que haga como yo y combine mucha madriguera-finger ( zapato cómodo) con ingenio de charlie.

Ya no hay hippies. Hay gente que quiere la Era de Aquarius sin tener que esforzarse contra los Hades. No hay derecho a techo. Hay posibilidad de aventura. Pero son muy comodones todos. Mejor para el resto.

Iniciado por cypo

El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.

pues entonces:

conseguid una subvención de grupos izquierdosos
emplearla en la casa
hacedla habitable
meter dentro a alguna que otra, lo que de verdad quepa, buena persona no marmota ocasional
trabajad en equipo sin especular haciendo fiestorros y ventas de estupefacientes
presentaos bien vestidos a los juicios
luchad por el derecho a uso definitivo o, en su caso, a otra vivienda social

pero en vez de eso, lo típico

subvención habemus ( algunos)
restaurante, grifa y manuelas ( dos mil leuros dan para mucho)
saqueo de metales incluidos puntales
bienvenido todo el mundo mientras pague
vamos a vender chapitas tralará
a hostias con la poli delante de cámaras
resistiendo hasta el desalojo y luego a por otra que también rente

¿Y a ti qué? A parte de punkis habrá otra gente ocupando, digo yo. Había por Canarias una urba de ricos vacía o semi vacía de los años del ladrillo con casas ocupadas y entre la gentuza habitual había hasta quienes se habían hecho una piscina, gente con niños y demás, o sea que limpiar limpiaban. Ahora, la luz y el agua las pagaba el tonto del vecino legal.