Ya no es por los chavales de ahora, que estarán en sus cosas y en sus referentes musicales.
Es que siempre son iguales. Viejos con cara de hechos polvo contando como la sociedad gris de aquella época se iluminó gracias a ellos. A todo esto con una cara de estreñidos y muertos de hambre que echan para atrás.
Luego recuerdan a los colegas que se quedaron por el camino por culpa de las drogas y de la falta de información (cuando muchos empezaron a pincharse cuando ya estaban las calles llenas de zombis).
Por supuesto todos con los pelos que les quedan intentando tapar las calvas o las entradas, y vestidos de negro en plan moderno. No sé tú, pero yo es que veo a esa fauna y me entra depresión. Y lo mismo con artistas extranjeros.
Ya ni te cuento lo que me provoca la posibilidad de ir a ver a alguna vieja momia. Hace años me peleé con mi mano porque no quise acompañarla al concierto de los Rolling Stones en El Ejido (siendo yo un fan declarado de ellos). Es que sé que si voy se me va a caer el mito. Esos no son "mis" Rolling Stones. Igual me pasó cuando hace un par de veranos me invitaron a ver a "ACDC" en Madrid (cantando la gallina vieja del Axel Rose)
Resumen; Que para todo hay una edad, y prefiero no ver a mis héroes de la juventud convertidos en seres patéticos.