Lectura ¡No abras la puerta!

  1. #1
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    Exclamación ¡No abras la puerta!

    Hay algo extraño ahí fuera. No se sabe si es humano o si es de otro mundo. El caso es que estos seres acechan fuera de la puerta de tu casa, llegan por la noche fingiendo ser una persona de tu familia o tus amigos y te suplican que los dejes entrar. ¡Por nada del mundo debes abrirles la puerta! Los que sí les abrieron jamás fueron encontrados con vida. Lo único que se sabe de esos desafortunados es que sufren de una manera horrible. Lo único que queda de ellos es una historia de terror de lo más perturbador.



    Todo empezó aquí:




    Por favor, no abras la puerta

    Han pasado tres años desde aquella noche. Yo no debí haber estado ahí; ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano para ir a casa de un amigo. Sus padres no estaban y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando. Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche. Mi amigo tenía que estar solo. Ellos lo habían observado durante días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no hubo marcha atrás. Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro. Sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.

    Ellos se encuentran en todas partes; en ningún lugar estás a salvo de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión. Te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia. Y esperan la noche en que su víctima esté sola. Es en ese momento cuando todo empieza.
    Aquel día llegué alrededor de las 8:00 de la tarde a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no iba a haber clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando; el tiempo pasó tan rápido que para cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños fuera de la casa, que al principio pensábamos que no era nada importante. Hicimos chistes sobre lo que jugábamos. “Deben de ser los zombis”, nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se hizo más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.

    —¿Crees que tus padres habrán regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres no volverían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, la cantidad de pasos que se escuchaban indicaba que eran varias personas, no sólo sus padres. De pronto, luego de oír todas aquellas pisadas acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio. —¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar con evidente nerviosismo. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser?

    En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar. Se escuchó un sonido que provenía de ella: un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos sobresaltó a ambos. Sólo era un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco. Sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos en abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo: ”Pase lo que pase, no abras la puerta”.

    Con tan sólo leer esas palabras, una sensación de pánico me invadió, pero el mensaje decía más: ”Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos. Pueden fingir ser alguien que conoces: un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero oigas lo que oigas esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no se lo permitas. Por favor, créeme. ¡No abras la puerta!”.

    Por favor, ¡abre la puerta!

    Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me estaba jugando una broma… pero él estaba tan asustado como yo; lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. Pero el momento más aterrador aún estaba por venir. En ese mismo instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, dejándome paralizado. Una voz se escuchó; provenía del otro lado de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.
    —Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos— Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro: estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos nos creíamos lo que estábamos escuchando, ni sabíamos qué hacer.
    —Hijo por favor, abre, ¿a qué esperas? Necesitamos tu ayuda…— Sin lugar a dudas, ahora era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de su madre y de su padre tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo: —Esos son mis padres de verdad. Y necesitan ayuda. ¡Vamos a abrir la puerta!

    Se dirigió hacia la puerta, pero le detuve. —Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría. ¿No se te hace extraño? ¿Y si es verdad y ellos no son tus padres?— Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. —No digas tonterías— me dijo. —Tú los escuchaste; ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia— Fue a abrir la puerta sin que pudiera hacer nada.

    La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, quizás el miedo que me invadía… pero al ver que no podía detenerle, lo único que pensé fue en correr hacia el armario del dormitorio, donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que iba a pasar, pero en verdad tenía pánico. Lo que escuché a continuación creo que no lo voy a olvidar mientras viva, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Mi amigo abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos alaridos que desgarraban el alma, llenos de dolor y de terror. No pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido o me desmayé; la verdad es que no recuerdo bien.

    Al despertar por la mañana, me extrañé al ver el lugar en que me encontraba, pero luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa, con la esperanza de encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma. Pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido. Llamaron a la policía y lo buscaron durante días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció; probablemente alguien desconocido lo había borrado.

    Para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado. Aunque… no importa que nadie me creyera. Yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen. Aún no entiendo por qué lo hacen; creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna clase de juego cruel. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán. Y no sé por qué, pero también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia. Tal vez, eso también forme parte de su macabro juego. De lo que sí estoy seguro es que algún día regresaran a por mí, pero pase lo que pase no abriré la puerta.
    Última edición por SgtMerdy; 18/08/2018 a las 23:22 Razón: no aparece video encajato en el mensaje

  2. #2
    DXN WXLXLX Avatar de Don Wololo
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    si 100 veces naciera y 100 veces muriera, las 100 veces escogería nacer español, la mayoría de gente que he conocido de países que consideraba a imitar han resultado ser medio autistas, alcoholicos, unos inocentes sin sangre que caerían hasta en el timo de la estampita... picaresca española manda, ir a tierras herejes a hacer fortuna durante unos años y regresar a la patria con el saco lleno manda, sangre del imperio mas glorioso que el mundo jamas ha visto y vera corriendo por nuestras venas manda

  3. #3
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