El sensacionalismo puede ser un escollo para ver el bosque.
No he terminado el video, lo he visto claro.
El perfil y la edad lo dice todo.
Realmente, Foxconn no posee las peores fábricas del mundo. Es un sitio de
valor añadido, de todas las industrias de mano de obra intensiva está, como mucho, en la media; incluso pudiera ser mejor que lo que suele haber en Asia en la mayor parte.
·Sus condiciones laborales son mejores que las de sus abuelos y bisabuelos, que no se suicidaban.
·Su poder adquisitivo es mayor: mejor ropa, mejores instalaciones de vida, etc. etc.
·Podría seguir, pero para qué...
No hay retroceso, hay aumento de calidad de vida (incialmente muy penosa, eso sí). Y sin embargo, los números están ahí.
No está relacionado con la dureza de las condiciones laborales. Este es un factor más bien minúsculo.
Pensadlo, metiéndoos en la mente de uno de ellos. Jóven con expectativas de... lo que sea. Aquí habría que crear ejemplos hipotéticos de planes de vida personales, pero no hace falta, es lo típico de que serán alguien en la vida esforzándose y blabla. Artistas frustrados, ávidos de riquezas, los ejemplos pueden abundar, abarcar cualquier ámbito.
La fábrica es dura.
No obstante, el choque de realidad, el que ese será su día a día permanente en vida adulta, es lo importante. No concretamente en esa fábrica, si no a lo largo de toda su vida. Probablemente nunca 'triunfarán' del modo que se han pre-diseñado. Nunca harán realidad todas esas ilusiones, todos esos momentos que hubieran querido vivir. Y no lo soportan. Las exceptativas optimistas, incluso acotadas en lo prudente al no desear éxito meteórico, al compararse con la realidad contrastada, da lugar a un balance abruptamente negativo. Aparece la decepción. Se ven atrapados viendo que por mucho que se esfuercen, por mucho que salten, no llegarán a esa cima deseada. La carrera de la rata. La vida se les escapa.
Quizá son individuos que tienen fe en el largo plazo, y a la hora de hacer las cuentas, comprueban que efectivamente, no se acercarán a lo que habrían deseado, y a cada día que pasa ven que están más cerca de ese día en el que están sumidos en un mundo en el que han fracasado o no triunfado en el abanico de posibilidades que se plantearon. La ilusión adolescente, desvanecida en donde habían puesto toda su esperanza. Ayudaría aquí un pequeño empujón de problemas a corto plazo ahogándoles en un momento puntual de estrés. Como puede ser no determinante.
Las cifras son de dos dígitos, 15 por ejemplo.
En una empresa donde trabajan 1,2 millones. Es una proporción muy baja, excepcionalmente baja.
No es tampoco como si la plantilla fuera decayendo, en esos 1,2 millones hay rotación, la que fuera. Por tanto, hay hornadas de 1,2 millones que acumularán bajas por suicidio de, tal vez 45.
Puede que haya un porcentaje fijo de trabajadores, que habrían de ser restados de esos 1,2 millones, pero sigue sin ser significativo.
Es muy ilustrativo el caso del que intentó robar un modelo de Iphone. De haberlo conseguido, probablemente habría protagonizado un escándalo mediático de espionaje industrial. Y de liquidez millonaria de una cuenta bancaria, claro está.
Al fracasar, decidió que ya no le quedaba química cerebral para levantarse todos los días. Quizá fue su último as, su último tren.
Es una hipótesis pero es muy probable que los tiros fueran por ahí.
Es inevitable que entre núcleos de población de millones haya muchos individuos con expectativas y sueños intensos, apasionados. Es inevitable que las expectativas no se cumplan. Le ocurre a todo el mundo contínuamente. Tampoco son raras las cadenas de fracasos y decepciones. Le ocurre a la mayoría. Incluso a los 'triunfadores', me remito a la biografía de Jack Ma, que refleja hasta qué punto el fracaso, también el fracaso permanente, es una norma: le rechazaron en empresas de comida rápida en donde todos sus amigos trabajaron, que nunca rechazaban a nadie; suspendió 10 años seguidos la selectividad, etc. etc.
Por tanto, lo que veo ahí, es la historia de 15 personas, que se apuntaron a una oferta de una empresa random para trabajar en fábricas locales de ensamblaje de productos electrónicos, muy famosa en la zona, que tenían unos planes de vida. Historias de sueños sin cumplir.