NO NO y NO! No veo nada más que unas breves pinceladas de medio verdades de alguien que crítica a los "expertos en terrorismo" pero demuestra pocos conocimientos sobre el tema.
Lo primero es que hay que entender el terrorismo yihadista como una reacción identitaria radicalizada que rechaza el progreso de la sociedad queriendo devolver los antiguos valores y tradiciones. El mensaje es claro, ni fronteras, ni culturas. Tan solo una unidad de toda la población bajo la bandera del Islam es su meta.
Para nada es necesario un territorio. Tan solo la ideología es necesaria. Como tristemente hemos comprobado recientemente, células independientes, sin conexiones con los territorios controlados por DAESH son capaces de actuar con un terrorismo low-cost (vehículos de gran tonelaje, armas blancas...).
DAESH no surge en Siria ni se hace fuerte en allí. Su origen se encuentra en la invasión de Irak en 2003 fundado por Abu Musab al Zarqaui, un salafista JORDANO, cuyos primeros planes eran derrocar al rey de Jordania por no cumplir la Sharía. ¡Ojo! Hablamos de Jordania, un país que podemos calificar como pro occidental, donde no existen conflictos y sin embargo es una fuente de combatientes para el DAESH muy importante.
Desde el “International Centre for the Study of Radicalisation and Political Violence” (ICSR) aseguran que los más de 20.000 miembros del ISIS y de Al-Nusra tienen 84 nacionalidades.
La lista la lidera Túnez con más de 6.000. Le siguen China con unos 3.000, Arabia Saudita con entre 2.500 y 3.000, Jordania con 2.089, Francia con 1.877, Rusia con 1.700, Marruecos con 1.500, Reino Unido con entre 1.450 y 2.000, Turquía con entre 1.300 y 2.307, Líbano con 900 y Alemania con entre 800 y 1.800.
Volviendo al hilo, DAESH surge durante el conflicto Iraquí, y es aquí donde se nutre y toma importancia. Sabiéndose perdido en un conflicto frente a frente, Sadam distribuyó sus recursos monetarios y armamentísticos por todo el país. Una guerra de guerrillas. Para poder rechazar la ocupación estadounidense o, virar la opinión pública en su contra para forzar la salida del país. Lo que vendría a ser un Vietnam 2.0.
El caso es que al final todos estos recursos acabaron en manos de estos yihadistas.
Sigamos con la ideología, el Wahabismo, o más correctamente dicho, el Salafismo que promulga el Estado Islámico es una vertiente muy radical. Tal es así, que para ellos no existen fronteras, ni mucho menos ven con buenos ojos a las monarquías autoritarias árabes. Tal es así que el sucesor de al Zarqaui, al Baghdadi, dijo: “Arabia (Saudí) es la cabeza de la serpiente y unos traidores al Islam”.
Llamadme loco, pero algo me hace pensar que no son muy afines a la casa Saud.
Desde luego no se puede negar que Arabia Saudí es un foco de radicalización, que los derechos humanos son pisoteados y que financian mezquitas salafistas por todo el mundo.
¿Pero por qué se mantienen relaciones entonces con ellos? Pues porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Y si algo aprendimos de la crisis del petróleo de 1973, es que, si tienes una economía basada en el petróleo, debes asegurar su suministro. Tenéis que pensar en el impacto que tiene en la sociedad este recurso.
¿Qué hace tan especial el petróleo saudí? Hay una gran cantidad de productores de petróleo actualmente, ¿Por qué no dejamos de enriquecerlos? Porque no todo el petróleo es igual. Como toda actividad extractiva, hay unos costes de extracción y posteriormente de refinamiento. El petróleo saudí se encuentra a poca profundidad y es de una gran calidad, lo que hace que tenga los mayores márgenes de beneficio de todo el mundo. Como hemos dicho, si tu economía depende del petróleo, tienes que asegurar su suministro. El precio del petróleo podrá caer todo lo que quiera, que al tener estos enormes beneficios ellos podrán seguir suministrando petróleo con ganancias, mientras que otros países tendrán pérdidas si los comercializan. Este es el caso de Venezuela, que tiene grandes reservas de petróleo, pero está mezclado con arena, lo que hace que su refinamiento sea tan costoso que no es competitivo en el mercado y se deba de importar de otros países.
Es un poco contradictorio que critiques la compra de petróleo a Arabia Saudí y propongas como alternativa a Irán, porque amigo, si existe el yihadismo sunní, también hay yihadismo chiita. Y si tu solución es que tu proveedor sea un gobierno que reconoce abiertamente el apoyo al grupo terrorista Hezbollah, niegue el holocausto judío y además coquetea con la bomba atómica… es que tienes muy pocas luces.
Pero volvamos a la relación de la casa Saud con el salafismo. Por supuesto, cuando tienes muchísimo dinero, te gusta disfrutarlo, y por eso la familia real saudí tiene palacios por todo el mundo y sus hijos estudian en el extranjero. Lo que no está muy bien visto por los clérigos más radicales, y por mucho que permitas lapidaciones a infieles, si te sientas en el trono, alguien va a querer ocupar tu lugar.
Si quieres que alguien se mantenga en el poder y te interesa que la región sea estable para proteger tus intereses, más vale que lo dotes de un buen ejército. Y si para tener a los clérigos, que ejercen un gran poder sobre la población, contentos hay que construir mezquitas, las construyes. Porque más vale eso que tener a los radicales en el poder.
¿Entonces cómo se financia el DAESH? Pues retrocedamos de nuevo al conflicto de Irak. Según la BBC, los dos millones de barriles de petróleo diarios -un millón de dólares diarios- de Mosul estarían en poder del Estado Islámico. A eso se le debe agregar «el robo de reservas monetarias en bancos provinciales, contrabando de coches y armas, secuestros y controles en carreteras» y la extorsión a las poblaciones invadidas. También obtienen grandes sumas de capital gracias al narcotráfico de hachís y heroína. Se estima que la mitad de la heroína que circula por Europa, procede del Estado Islámico. Según datos del Observatorio Europeo de las Drogas, el valor de toda la heroína que circula en el continente, es de aproximadamente 6.800 millones de euros, lo que podría significar que obtienen unos beneficios de más de 3.000 millones de euros.