Debate Catalunya, hace 100 años.

Pues ya sabes cómo acabó.

Por aquel entonces nacía el que se considera "catalanismo moderno" que poco tiene que ver con el actual.

España estaba sumida en un ambiente de frustración y pesimismo tras la perdida de las últimas colonias y la culminación de un proceso de decadencia internacional y estancamiento institucional, político, economico, tecnologico y social. Uno de los territorios que por contra sobrellevaba mejor ese derrotismo era Cataluña, con una economía más moderna, una industrialización más avanzada que ligaba muy bien con su ancestral tradición comercial, y el hecho de que aunque también sufrió el golpe de lo sucedido ultramar, sus tráfico mercantil en el mediterráneo no se vio afectado y por tanto tuvo una alternativa para continuar progresando.

Ese movimiento catalanista empezó siendo cultural y literario. Se le conoció como la Renaixensa, y fue de corte romanticista, de exaltación de los símbolos identitarios y de combinación de lo culto y lo popular con una gran carga emocional, y en el que la narrativa y la poesia fueron sus dos grandes correas de transmisión.

Este nacionalismo predominantemente sentimental empieza a trasladarse a la política a principios del siglo XX. El nuevo catalanismo, aunque identitario, no perseguia la ruptura con España. Arraigó pronto y con fuerza en amplias capas de la sociedad catalana y a pesar de los intentos de supresión llevados a cabo (un buen ejemplo lo protagoniza la dictadura de Miguel Primo de Rivera) se consolida con rapidez culminando en esta primera versión con el Estatuto de autonomía de 1932, durante la segunda República.

Pero como he dicho antes, no era excluyente. Dadas las circunstancias sí que existía cierto sentimiento supremacista (no exento de fundamento) pero sus pretensiones no eran separatistas, sino de desplazamiento de los centros de poder y decisión hacia Cataluña, y concretamente hacia Barcelona. Era un catalanismo burgués, conservador, pragmático y ligado a las tradiciones de mayor arraigo (algunas totalmente coincidentes con las del resto de España, como sus vínculos con el catolicismo).

Si hubiera que elegir sus dos protagonistas principales estos podrían ser Prat de la Riba y Francesc Cambió. Se podría decir que el primero fue el ideólogo (su libro La nacionalitat catalana fue considerada la obra culmen del catalanismo teórico) y el segundo el gestor de ese catalanismo de corte más regionalista que nacionalista y con pretensiones de liderazgo para todo el Estado español.

Se da la circunstancia curiosa de que Cambó, tras el golpe de Estado del 36, apoya al bando sublevado incluso económicamente por temor a los comunistas y anarquistas (burgués ante todo). Este es sin duda el motivo de que entre los referentes del catalanismo actual ni siquiera se le cite.

Ya empieza la operación blanqueo último nivel por la MUGRE.

Cataluña hace mil años