Está bien y comparto el mensaje pero es demasiado simplista. La rojigualda la empiezan a ondear los barcos españoles en fecha tan temprana como 1793 y en 1808 ya es la bandera de las milicias en la guerra contra el francés. No es un símbolo fascista, aunque luego, indudablemente, la derecha mas reaccionaria se la haya apropiado.
Después, hasta el advenimiento de la Segunda República, no hubo controversias respecto a la bandera, y unos con mas entusiasmo y otros con menos, la aceptaron. No se veía a Pi i Margall o a Pablo Iglesias tan preocupados por los colores de un trapo, y de hecho, la Primera República mantuvo los colores, eso sí, eliminando todos los símbolos reales de la monarquía.
Muchos sentimos un afecto especial por la tricolor, no tanto por lo que es sino por lo que representa: un período de progreso y esperanza, de esos momentos en los que la Historia parece acelerarse y los cambios se suceden uno tras otro como si de una espiral fantástica se tratara todo. Es, también, un símbolo anti-fascista y como tal nos recuerda a tantos y tantas que dejaron la vida contra el fascismo.
Cierto es que la rojigualda pareciera representar una España donde siempre han mandado los mismos; grotescamente tradicional, profundamente ignorante y tan poco consciente de su diversidad, y en última instancia, de su plurinacionalidad. De esa España derrotada. De la que perdió en Trento y volvió a perder al elegir a Fernando VII por encima de la Revolución y las Luces. ¡Cambiémoslo!
En todo caso, de las banderas no se come y a todos esos republicanos que poco menos dicen odiar a la actual bandera del país, les pediría, lo sé, un esfuerzo grande para intentar pensar que un símbolo es lo que es, una representación gráfica de unos determinados valores e ideales. "Pero es que no son los nuestros". Demos la batalla por cambiar España, por hacer que pronunciar ese nombre con orgullo sea sinónimo de libertad, igualdad y fraternidad.
España, esto es, sus gentes, ya consiguieron grandes cosas y grandes cosas deben conseguir en el futuro. Dadle a este país la República que merece y la bandera será el menor de sus problemas.
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Viriato de Badajoz estará de acuerdo