Iniciado por
poIitikon
Claro. La clase acomodada es la que cree que puede sacar tajada con la independencia, porque la columna vertebral de la demagogia independentista es que los impuestos que pagan los catalanes se van fuera de Cataluña. ¿Y quién paga realmente impuestos? Pues las clases medias y medias-altas.
Las clases bajas y medias-bajas deben apreciar que esta "revolución" es típicamente burguesa, como de hecho es así. No es una movilización de los parias reivindicando mejoras en sus condiciones de vida y trabajo, en oportunidades para desarrollar un proyecto personal y familiar, en unos servicios decentes, en poder acceder a una vivienda digna, en un futuro para sus hijos. No. Esto va de región rica que tiene más pero lo quiere todo. Este es el discurso fundamental del separatismo. Espanya ens roba, España vive a costa de Cataluña, si nos independizamos seremos la Dinamarca del Mediterráneo... Pero los de abajo seguirán siendo los de abajo.
El problema es que la mano dura no sirve. Solo traería más tensión, más confrontación, más radicalidad y a partir de ahí la cosa no iría a menos sino a más. El sentimiento identitario catalán existe, no es nada creado por un proceso de adoctrinamiento, la prueba está en que después de 40 años de franquismo en las primeras elecciones autonómicas el catalanismo logró una mayoría aplastante, siendo totalmente minoritarios tanto los partidos nacionales como los independentistas. Teníamos así al principio de la transición un catalanismo no excluyente, y que aunque su visión del Estado era distinta, se consideraban integrados en una realidad más amplia y diversa llamada España.
Lo que ha logrado el proselitismo nacionalista es crear un falso dilema. Primero consiguieron que mucha gente considere a Cataluña su nación, mientras que su pertenencia a España era algo más administrativo, menos emocional. Una vez lograda una masa social lo suficientemente numerosa y en la que esta dualidad había calado hondo, se plantea esa dualidad falsa y maniquea a la que he hecho referencia. "Hay que elegir entre ser español o catalán".
El error del estado español ha sido de "laissez-faire". Se ha dejado hacer, se ha habituado al catalanismo politico que los conflictos (o los pactos de conveniencia) se solucionan con cesiones, y se ha permitido que ese proceso se desarrolle sin poner ningún contrapunto, sin mostrar que España es un país con una historia apasionante, con un pueblo diverso pero que esa diversidad la aprecia como riqueza común, y con un futuro muy esperanzador si no nos dedicamos a intentar destruirnos los unos a los otros.
Por eso me gusta la canción de Ana Belén cuando define una España de camisa blanca, que es como una paloma buscando cielos más estrellados, donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar. Pero también somos la España que puso (y pone) el desasosiego en nuestras entraña, que nos hizo libres pero sin alas y que nos dejó el hambre y se llevó el pan.
Pero aún así, España aquí me tienes, nadie me manda y quererte tanto me cuesta nada.