Permíteme una analogía:
Supongamos que el Inquisidor General fuera un cargo electo.
Al acudir a votar estás afirmando dos cosas.
Primero, opinas sobre cuál será el mejor Inquisidor, o al menos el menos malo.
Y segundo, afirmas que SÍ quieres que exista una Inquisición.
Podría ejercer mi Derecho al voto,
pero con ello estaría afirmando mi conformidad con un Sistema que realmente rechazo.
Yo quiero una Democracia limitada a la gestión de lo común.
Sin autoridad para invadir el espacio del individuo.
Sin poder para endeudarse en nombre de individuos que todavía no han nacido.
Con responsabilidad penal en los Representantes electos.
Con una potestad recaudatoria limitada a los servicios devueltos, o al menos proporcional.
Con un voto Ilustrado, buscando un criterio lo más objetivo posible.
Autolimitada por el Derecho, vigilado por una Administración distinta.
Con requerimientos formativos para ejercer.
Y un largo etc de características, por la ausencia de las cuales no estoy en mi Sistema.
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Edu se remite a excusas repetitivas y refutadas con el único fin de mostrar su filia política como la más atractiva, en busca de un beneficio personal.